Ensayo para el seminario de filosofía, sobre el relativismo.
“Es cierto y no lo es.”, “Es verdad y no lo es.”, “Yo estoy en lo cierto, tú también, dejémoslo ahí.” Estas frases, son aquellas que escuchamos comúnmente en nuestra vida. Frases que no nos llaman la atención, pues son parte de nosotros. Frases que si bien no le damos importancia, son importantes, pues demuestra la cultura actual, la sociedad actual, el mundo actual, y más importante el hombre actual. El hombre que ha dejado de luchar por defender lo que cree, el hombre que ha dejado de buscar un principio verdadero, el hombre que ha dejado de ser hombre.
El relativismo es una tesis filosófica que afirma la existencia de tantas verdades como personas en la tierra. Dice que estas verdades dependen de factores físicos o culturales. Nadie puede afirmar que existe una verdad.
Pues, “Todo es relativo, y he aquí, el único principio absoluto”
¿Qué es lo que pasa? Si bien en algún momento cuando esta corriente aparece, respondía a lo que se vivía en aquella época, hoy aparece en el mundo contemporáneo por “ahorrarse problemas”. Y es que como el mismo agnóstico afirma “no se” para evitarse complicaciones y reflexiones innecesarias, el hombre relativo, es decir la sociedad de hoy, afirma “si se”. Este “si se” no es realmente una verdad, es un opinión, y eso es lo que confunde al hombre. Este emisor dice “Si se” cuando en verdad, no sabe, cuando en verdad ese “si se” seguido de “tu también sabes” y además un “los dos estamos bien” dice “no se nada”. Dice, “no estoy seguro de nada”. Dice “tengo miedo y me aferro a esto para no quebrar”.
Es que el hombre está creado por UNA SOLA VERDAD, y su mayor anhelado impregnado en su corazón es responder a Esa verdad, y en algún momento, el hombre se detiene y se pregunta ¿Cuál es la verdad? Como Pilatos le preguntó hace dos mil años a Jesús. En algún momento este hombre dirá ¿Tengo acaso yo la verdad?, ¿es acaso la mía La Verdad?, ¿y la del de mi costado?
El hombre no puede quedarse tranquilo, por que tiene que responderse, porque tiene una voz interior que grita y clama por una respuesta, por una búsqueda que responda a su naturaleza humana. Y esa voz es la que hoy es callada. Esa voz que se convierte poco a poco en susurro. La voz que ha sido callada por el mundo y que aunque grite, hemos olvidado como escucharla.
Ya no somos personas, somos objetos. Somos pequeños papeles con palabras escritas, todos iguales y ninguno más importante que otro, ninguno distinto, ninguno especial.
En la economía por ejemplo, no se habla de persona, se habla de “consumidor”, y no importa si al consumidor le hará bien o mal lo que se le vende, lo que se le propone, importa venderle, importa que gaste. El vendedor sabe los anhelos más profundos del consumidor y abusa de ellos, los mal forma, y engaña. Frases como “la felicidad viene en trocitos”, “vive la vida como te la tomas”. Frases que responden a nuestros anhelos de ser verdaderamente felices, de estar tranquilos, frases que responden y quieren llenar nuestros vacíos, son usadas en contra nuestra. Ya no llenan nuestros vacíos, si no los tapan, los ocultan, se ríen de ellos. Por que la persona no existe, existe un cuerpo con dinero, existe un cuerpo que cree querer algo y ahí apuntan los vendedores. No a una persona, no a un ser humano, apuntan a un consumidor.
También, nos hemos olvidado del significado de la vida y del regalo que significa. En nuestra vida cotidiana la vida ya no es un derecho. La vida puede ser importante como no, dependiendo de el contexto. Y así entran en juego los anticonceptivos, la eutanasia y el aborto. En el sexo y el matrimonio pasa lo mismo. Los propios valores desaparecen para convertirse en opiniones, en palabras vacías.
Llegará el día en el cual el ser humano estallará, y, ¿Por qué hablar del día que llegará en futuro, si ese día, ya llegó? ¿Por qué hay tantos suicidios, tantas muertes, tantos errores, problemas?, ¿por qué el mundo está en crisis? Muy simple: el hombre está en crisis.
Como en aquellos juguetes de niños en los cuales debes insertar la figura triangular en el orificio triangular. Así es el hombre, llamado a La Verdad, única y verdadera, llamado a vivirla y compartirla, no a quedarse satisfecho. Así como el triángulo está hecho para ese orificio triangular, el hombre está hecho para esa grandeza, y por más de que intentemos meter el triángulo en un orificio redondo, no entrará. Así como hoy el ser humano vive intentando meterse por aquel orificio redondo, aquel por el cual nunca entrará, amenos que se rompe, se quiebre, se dañe y se mal forme, se haga lo que ya se hace.
El hombre, ya no es hombre. Hemos perdido la forma y mas importante no sabemos ya donde encajar. La voz que grita en nosotros fue callada y remplazada por una palabra muy fácil de pronunciar “conformación”. ¿A donde vamos cuando todos los caminos se ven iguales? ¿A donde vamos cuando se rompe la brújula de nuestra alma?
¿Adonde va el hombre hoy?, ¿es que acaso no vemos que hace mucho dejamos de avanzar?
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