Banco de letras.
Me sentaron en una silla muy cómoda, con articulaciones modernas que no entendí y que alguien vestido de blanco me explico. Después de inclinar la silla y de sentirme a gusto, me pinchó el brazo atraición, fue leve, lo hizo mientras preguntaba mi nombre, preguntó si había tenido algún tipo de enfermedad, que si mi en mi familia alguien padecía de alguna molestia Terminal, yo no entendía de que servían todas esas preguntas. Pero eso me distrajo para no sentir el dolor en las venas.
Luego con un algodón me limpió y me conectó una manguera, fue muy amable, me recogió las mangas de la camisa, como si verdaderamente estuviese enfermo. Me dijo que me tranquilizara que no era nada del otro mundo, me pregunto que si lo había hecho antes. Yo le dije que no. - a lo mejor salves alguna vida-. Me dijo y me soltó la mano delicadamente sobre una almohada.
Recordé que uno tenia que alimentarse muy bien, antes de hacer cualquier donación, yo a penas y me había comido un snack, pero no me importo, las palabras del ángel me hicieron sentir importante y un ser fortalecido, a lo mejor mi sacrificio le daría un aliento de vida a alguien. Me dije. Así que eleve mi cabeza al techo y tensione mi cuerpo con fuerza, pero sentí más dolor, entonces, el ángel me dijo que mientras estuviese más relajado el dolor seria más leve. Volví a elevar mi cabeza al techo, y solté mi cuerpo como un trompo que se lanza al piso y rueda veloz en si mismo sin rumbo predecible, pero que poco a poco retorna a su quietud, en apariencia muerto, pero en realidad queda a la espera de volver a estar embuelto. Luego de tan vital experiencia, alcance a ver un pedazo de cielo que posaba detrás de una ventana como un niño timido ante un adulto, trate de convercerlo con la mirada de que la inocensia no es un delito, me comence a sentír cada vez mas débil, sentí la vida, no como la palabra consoladora que le ayuda a mi ignorancia, no, esta vez sentí que mis venas eran demasiado angostas para lo que llevaban por dentro, sentí que un viento por dentro inflaba mi cuerpo, luego de unos segundos crei ver como se elevavan cometas en mi estomago. Todo volvió a la calma, mientras mis ojos corregían las inclinaciones del techo, sentí que por un instante no estaba allí y tampoco en ninguna otra parte. Fue extraño pero durante todo el tiempo una voz había estado narrando en mi interior, y fueron sus palabras las que me hicieron saber que de mi cuerpo salían miles de letras. Alguien me estaba leyendo!.
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