No tengo miedo a la furia que me abraza
ni a la paz que ya te agita.
No tengo miedo
ni a tu nombre que rozó la punta de mis dedos
en el muro de cipreses testarudos
cuando yo era sólo un niño..
No le tengo miedo padre
a la pisada en tu gravilla
ni a esa larga caminata que me invitas.
Son los pájaros posados en el frío
viejas lágrimas cayendo a cielo abierto.
¿Quien podría tener miedo
a lo que fue sólo un capullo?
Son los vientos y la lluvia
catedral antigua con viejos aposentos
y que abandonaste como barco deshuesado
en mi playa de recuerdos.
No tengo miedo padre,
te lo juro,
ni cuando vengas frente a frente
a mirar el reflejo de tu espejo.
Texto agregado el 13-07-2007, y leído por 362
visitantes. (20 votos)
Lectores Opinan
15-08-2012
se le saluda maestro y con una inclinación a su poema********* yosoyasi2
09-09-2008
poema escrito con puro sentimiento teclas
01-11-2007
Un recuerdo, una caricia en el rostro de quien escribe que se hace extensiva a quien lo lee.
Recordar, es volver a vivir y tenerlo cerca. *****. Un beso. Pilef
29-07-2007
Me llegó muy profundo a pesar que casi ni te conozco, pero es un poema francamente fuera de lo común! Mis estrellas para vos!***** MujerDiosa