estoy tan moreno que parezco de una raza exótica. un senegales vaya. el caso es que estaba sentado en el jardín. cigarrillo. coca cola light con mucho hielo. desnudo. y con la cabeza sumergida de lleno en bakakai, de mi admirado witold gombrowicz. admirado no solo por su deliciosa prosa sino también por su azarosa y aristócrata vida. vaya estas negro!! exclamó mi vecina mientras caminaba hacia mi. se sentó en el suelo. frente a mi. es una cria impertinente y maleducada. pero con unos arranques geniales. quiere ser poeta. me temí lo peor. pero no, no traía texto alguno. me interrogó sobre lo que estaba leyendo. contesté entusiasmado. aproveche, porque es ella quién habla siempre. luego jugamos un rato a componer acrónimos. se hizo un canuto. me ofreció. denegué todo lo cortesmente que pude. me molesta mucho el humo del hachis. me vuelve espeso e idiota. me preguntó si no me daba verguenza estar desnudo delante de ella. dije, no, claro que no. y tu estas incómoda, le pregunte yo. si, dijo. y se desnudó. empieza a hacerse mujer. en fin, aparte la cabeza sujetandola con una brida doble. luego cogió la manguera y corrimos uno tras otro y nos mojamos y reimos y reimos y reimos más. casi se me saltan las lágrimas. la felicidad debe de consistir en momentos así. tontos. inocuos. inocentes. se bebió mi coca cola. al momento llegó su madre y le echó una bronca por fumar hachis. su madre se sentó. me preguntó por j. no hace mucho tuvieron una historia entre ellos. realmente fue una historia una historia de amor y destrucción. le conté lo que sabía. me dijo cuidalo. solo te tiene a ti. no se por que pero me sentí presionado. y un poco irresponsable. al fin y al cabo j y yo hemos hecho auténticas barbaridades, en el sentido de ser inconscientes, irresponsables, despreocupados. nunca dañamos a nadie. pero podíamos haber muerto varias veces cada uno en los múltiples accidentes de coche. a mi me gustaba conducir sin luces, admirando completamente enajenado la luna llena. en fin. que le estaba contando su encuentro con p. cuando comienza a sonar mi movil. lo cojo. era j. hola tom, dice con una voz de ultratumba. me puse tenso. algo iba mal. que ocurre tio. estas bien?. no, no lo estoy. estoy iniciando una fase hipomaniaca. ven por favor. me van a ingresar en el hospital. no voy si no vienes. pero que has hecho jodido imbecil? he tomado seis dosis de tratamiento juntas, osea treintay seis pastillas. ja ja, ha sido el coctel mas explosivo que me he metido. mas que aquellos mojitos con las bailarinas cubanas, recuerdas tom? claro. has bebido? sabes que puede matarte. no no sólo me he metido un gramo de coca. estaba tan apático y soso. y me apetecía escribir algo. así que ya sabes, llamé a tu amiga y arreglé un poco de animación, artificial pero animación. oía la voz de su madre por detrás. al final se puso al teléfono. tom por favor ven sino no quiere ir. y es imprescindible que le ingresemos. ya lo sabes. si. salgo ahora mismo. la madre de mi niña amiga lloraba. la peque se vistió y salimos los tres. fuimos en mi coche. cuando llegamos j. estaba casi en coma. le cogí la mano. es como mi alter ego, pensé. es tan desvalido e inocente como yo. le quiero, me justificaba, adoro sus genialidades, y aborrezco sus idioteces. somos iguales, pensé.yo voy en esa camilla. con el. dentro de el. se que saldrá de esta. tiene un guardian en el espacio que protege sus acciones. en cuanto pude me escapé de allí. mi niña poeta y yo estamos ahora en mi casa. ella vuelve a fumar. lee por encima de mi hombro. me hace cosquillas. y luego muy seria dice que gusta leerme. ya, digo ausente. sabes?, dice seria mientras se saca la camiseta y el sujetador. mi madre sigue enamorada de j. yo la miro. y no pienso en lo que dice. estoy aquí, pero me he quedado con mi amigo en una mugrienta sala de hospital siquiatrico.