Tenia dias sin escribir nada pero veamos que sale de este pequeno espacio lucido de extranas vibras romanticas

Los vichos rarros contra las moscas gordas de anteaño
Viajaran algun dia en sus combis convertibles y en patinetas con coetes

EL VIAJE
Viajaban en auto, prestado de su papa, digámoslo así ya que fue una fuga que dolió hasta el alma. Un color pastel con sonidos electrónicos emergía de su estero, con música de the flaming lips, y su asiento de cuero. La hawaiana lentamente meneando sus caderas al ritmo de DO YOU REALIZE, y en su cabeza un millón y medio de cuestiones sin respuestas. Lagrimas secas rociadas en su cara marchitaban el rostro de su novia, ella la que el tanto ama. Sentada en el asiento de atrás, por el retrovisor el la miraba. Los pétalos secos de una rosa postrados en el tablero le daban a este cuadro un toque de melancolía vieja. Pero el silencio los aterraba, el y ella callados viajaban. Chevy 69 orgullo de su padre, color azul cielo, con un brillo que le daba ese toque de grandeza solo los clásicos lo tienen. Ahora cómplice absoluto de lo que acontecía en ese momento. Mientras más se alejaban de lo que estaban huyendo, mas se dejaban. Ni una palabra intercambió, hasta que se quebró el hielo con una sólida y fría frase que contenía desde las entrañas de ella, y se hizo tan grande que no contuvo y exploto. “que vamos hacer?” le dijo ella a el, inmovilizándolo y sin la menor idea de que tan seguro podía estar el de darle una respuesta clara, sin mostrar su terror, miedo de realmente no tener la menor idea ni si quiera a donde se dirigían. Solo la realidad de que de donde venían no era un lugar bueno. Le digo el a ella, “solo acuéstate, eso es lo de menos ahora, lo importante es que estas conmigo.” Eso fue todo lo que dijo, mientras ella se acostaba en el asiento de atrás, tapándose con los brazos la cara, unos brazos maltratados y con cicatrices viejas y unas nuevas que le dolían menos que las que cargaba adentro. Cuando el cansancio hizo presencia y los parpados caían como derrumbes sobre sus ojos, decidió estacionarse por la noche en un parque de paso. En la oscuridad la contemplaba, silencioso, y ella tan calmada, tan en paz, con esas marcas en su cuerpo que le dolían a el en el alma. Como pudiese existir un ser tan cruel que le hiciera algo así a ella, la mujer que el amaba. Una lagrima derramo por el odio que seguía conteniendo el en sus entrañas, no encontraba la manera de dejarlo escapar sin destruirse a si mismo. Pero por ella, todo lo lograba. Acostada en el asiento, dormida estaba, y el la contemplaba, hasta que el cansancio lo venció y se quedo dormido. Cuando despertó, ella no estaba, y algo en el se vació, y todo su mundo se desplomo. Y ya cuando el se disponía a buscarla, y salir del coche, una sonrisa le devolvió toda su vida, era ella con una rosa recien cortada que le traia como regalo, tal vez de amour o tal vez de agradecimiento, pero para el era todo y mas que suficiente. No hablo, ni gracias le dio, solo la tomo de la sintura y le planto un beso, que duraria toda su vida, el silencio, el parque, el chevy, los pajaros, los postes de luz, el sol de madrugada, compartieron ese acontecimiento de sentimientos entrelazados por un beso. Subieron al Chevy ahora con un cierto sentimiento de felicidad, ese que le da a uno cuando esta embobadamente enamorado, y no existe frontera, limite ni obstáculo alguno para no realizar todo lo que este par pudiese querer.

By: Elrudo