me retirare en el día que nos vendan
y será el mismo día de mi muerte;
y entonces me arrodillare ante ustedes,
y con lágrimas en las manos perdón; pediré.
les conocí entre discursos y luchas fuertes y con la sangre palpitando a todo vapor
y sin balas para protegernos.
me canto el “Gallo” sus cuentos de campesino, de soldado.
y viene el oro negro que nos quema
e intenta quitarme eso recuerdos dolorosos.
con mi mano derecha,
detengo todo impulso que ose abolir mis pasos,
y con mis balas, y con mi corazón llorando
levanto mi fusil libertario; y solito en mi hamaca me masturbo.
Julio 9, 1986
Texto agregado el 13-07-2007, y leído por 79
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