Las páginas de nuestro calendario vuelan todas por marzo y se saltan el futuro como pájaro desolado. Ya, parece que sí, no tenemos futuro. Pajaritos blancos y negros atraviesan nuestro horizonte, y no llegan a un domingo común donde solazarse. Son los días, y me recuerdan a mí a aquella canción sobre Septiembre (Septiembre fue sólo un camino).En nuestro caso, Septiembre fue una montaña desde la cual sólo se podía descender hasta marzo. Y fuí yo quién empezó la cuesta...abajo, sin tí, abajo hasta mi cumpleaños, al norte de los martes...Sin tí, me apoyo ligeramente en el parque, sólo cuando hace frío y sol, y busco el verano anterior entre los vencejos y los periódicos huérfanos, también en los crucigramas y sobre todo en mi memoria, y en los calendarios que ya no vuelan por nosotros.Mudo viento del norte, me traes noches y puentes largos, pero no cuerdas. No tengo cuerdas para atarte ni para parar ese tic tac invisible...que Dios llama corazón y yo reloj. No tengo ninguna cuerda que fije mi amor con fuerza, y es tan débil que no le siento el pulso, y es tan fuerte que logrará cambiar las hojas vacías de nuestro futuro por los ojos que nuestra hija tendrá...en Diciembre. |