Un corazón grande, dividido en tres.
Un bolso abierto, donde solo podía entrar un poco de ropa.
Atrás quedaba lo gris... lo quieto, lo aburrido.
Eran muy pocos pasos hasta la puerta... pero daba la sensación que era infinito el camino que tenía que recorrer.
El bolso era liviano, no pesaba... siempre tuve muy poca ropa... pero el corazón, lleno de fantasías de lugares de colores, mi corazón sí,... que no entraba en esa valija.
Casi estaba llegando, me faltaba muy poco.
Sabía que abriendo esa puerta, me esperaban los colores... la alegría... el arco iris!
Solo faltaban unos pasos para llegar, y escuché una voz... si, alguien me llamaba... y de golpe, todo en mí se paralizó, ese corazón grande dividido en tres se había unido, con tanta pero tanta fuerza que supe que de ese aburrido gris, podría sacar los mejores colores... las mejores fantasías... recorrer los mejores lugares.
Tenía que sacar de mi toda esa fuerza interior, que muchas veces no sé de donde viene, sabía que lo podía lograr. Yo sola podía hacerlo... nadie más.
Volví, abrí las ventanas... el sol entraba en casa... de golpe imaginé colores, desarme mi bolso, programé hacer realidad algunas de mis fantasías... y aquí estoy... otra vez en casa.

Ele
06/01/02