Vengo caminando de la U. Me encuentro con que mi celular estaba vibrando. -"No conozco ese número"-

-Aló-
-¿Que putas vos?-
- ummmmm!, ¿quien habla?-

Dos horas y media después, Francisco dice que ha cambiado. Que el mundo es para el una razón de cambio, que es posible eliminar nuestras laceraciones sociales, que es comunista casi, que la revolución es necesaria, que vomita en la cara de la opulencia cuando se mide con la pobreza en el parque. Se traslado al altiplano sur occidente, se paso llevando todos los recuerdos y activo todas mis memorias, abrió las mazmorras que yo había cerrado y me obligo a repetir historias tristes. Francisco piensa y dice también que esta listo para poner en juego su propia vida para limpiarnos las heridas del conflicto armado, tiene la esperanza que algún día haya equidad para toda la nación. Esta a favor del proletariado y en contra de la oligarquía, disfruta del sexo encantador y a orillas de los ríos, lleno de camuflaje, con un arma empuñada, listo para decirle al comandante tirano que esta a punto de llevárselo el diablo; ahí en ese punto, Francisco es feliz.

¡Oh! vaya, y yo creía que en este mundo ya no quedaban personas con visión. Francisco podrá no saberlo pero estando aburrido como estoy casi todo el tiempo de ver en mis diarios como se olvida la injusticia social, él me ha dado el mejor regalo que me han dado en mucho tiempo: me ha sorprendido. Me ha hecho ver que la gente cambia, que la conciencia social puede mas que la diarrea mental y que el esclarecimiento histórico, los años de dolor patriótico que se ciernen sobre mi, la triste realidad donde vivimos, las familias que llevan el control inconcientemente y la primaria no son victimas del olvido, son memorias hechas con incandecensia en el cerebro del revolucionario pensante. Es por eso que en esta tarde lluviosa, me levanto y te saludo camarada.