Malos tiempos para un detective privado,siempre esperando una llamada que le sacase de esas paredes.Después de tantos años trabajando,conservaba un viejo coche y un apartamento que le servia a la vez de oficina en un barrio de clase baja.Apenas se acuerda de cuando fue su último trabajo,fue cerca de las navidades pasadas,tanto alcohol desde aquello le ha valido para borrar esos recuerdos.
Una mañana se presento ella, parecia esconder algo detras de esa mirada esquiva,no era precisamente una mujer que llamase mucha la atención, sus modales eran de lo mas corriente,incluso algo vulgares,si.....pero guardaba algo,siempre lo supe.
El caso, es que necesitaba encontrar a su hermano,por un tema referente a la repartición de una herencia; y yo, que me pagan por no hacer preguntas y encontrar lo que no se ve,me puse manos a la obra.Hice unas llamadas y tire de varios hilos,pero el hombre no aparecia, era como si se lo hubiera tragado la tierra.La última vez que le vieron, estaba borracho como una cuba en una Comisaría de distrito,al parecer agredió al camarero del local donde lo cogieron, por que se nego a servirle una copa...después de eso,solo humo.
Así que me dirigí hacia aquel tugurio que olía a fregasuelos y lejia a aquellas horas de la tarde, me presente con mi chaqueta de pana que me daba un aire acorde a quel lugar y conseguí un nombre: Raygal.El hermano de mi cliente se presento aquella noche acompañado de un viejo conocido, este llevaba años en el negocio de la compra-venta de joyas, según el camarero, habian discutido minutos antes de lo de la polí,y el primero marcho muy cabreado.
No me gustaba como pintaban las cosas,Raygal, no es que fuese uno de los gordos de los bajos fondos de esta miserable ciudad,pero si estaba en contacto con todo el mundo,los buenos y los malos le debian favores,iba a ser dificil sacarle algo, y si era importante caeria la sospecha sobre mi y mi negocio;que aunque pobre, me valía como sustento.No podía poner en peligro mi pellejo por un caso de tan poca pasta, así que llame a mi cliente y quede con ella en la terraza del Bar Bahía.
Hacia una tarde esplendida de invierno, el sol pegaba con ganas y los cubitos se derretian con la avided de mi paladar.Ahora si la vi venir, la delato el porsche que aparcó en la acera de enfrente, lo vi con el rabillo del ojo, mientras pedia otro Gin-Tonic.Antes de que llegara ,le pedí a Mario (el camarero y confidente) que anotara su placa de matrícula.Esta se sento un tanto molesta, al parecer estaba ocupada y no le gustaba que nos vieran juntos,intuí.Fuí directo, le pedí mas pasta y ella me sacó un fajo del bolso, no se cortó, me adelantó dos mil y me pidió que le dijera todo lo que sabia.Así que le narre todo lo acontecido, sin mencionar el nombre que seguro que conoceria.Se marchó con un adios muy seco y terminé mi copa de un trago.
Ahora si iba a saber quien era ella,Carla era una amiga que trabajaba en narcóticos y nos hechabamos una mano mutuamente cuando el trabajo necesitaba de otra baraja para sacar ases.Le dí aquellos números y por la noche, mientras veía las noticias en mi apartamento,me llamó y me contó todo lo que habia averiguado, segun escuchaba se iba amargando el sabor de aquella cena rápida, así como mi frente se marchitaba por momentos.....Joder,joder,por que tendré tan mala suerte,me repetía mientras escribía apresuradamente en un cuaderno todo lo que me soltaba el auricular.....pintaban bastos.