“Ne te prive surtout pas de te parler à toi-même »
Elias Canetti
Vuelve el sol por el oriente,
derramando sus cabellos,
cuajando el día...
Se derrite próximo al poniente,
y en el otero de la luna,
redobla su tambor de luces.
Tiene el sol, enamoradas,
buscando abrigo,
todo un cielo de estrellas
en el penacho de la noche,
todas encendidas,
bañándose en su río de lava.
Vuelve la candela a arder...
Antorcha de vida, piedra abrasada;
siempre fundiendo hielos, flameando llamas...
Flores de azufre nimbando, solitarias,
la nieve del volcán,
en su diadema.
Vuelve el sol por el oriente, siempre
incandescente, cristalizando el tiempo,
descorriendo, imprudente,
los visillos de algún estremecimiento,
que se quedó suspendido, grabado a fuego,
allá, en la nieve, en la fría estampa de un gélido invierno.
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