El auto se detuvo frente al semáforo en rojo. Afuera llovía suavemente y era de noche. En el interior solo se escuchaban las noticias de la radio y el tímido bambolear intermitentes del limpiaparabrisas.
-Siempre tienes puestas las noticias ¿te molesta si pongo música?
-no.
Loreto se inclino y empezó a apretar uno a uno los botones presintonizados de la radio.
-¡En todos hay noticias!
-Es la hora de las noticias.
-¡Pero q lata mas grande!
Movió el dual manualmente. El semáforo seguía en rojo. Apareció una radio q solo toca música romántica. Loreto se echo para atrás. El semáforo se puso en verde. Un bovinazo se escucho a sus espaldas. Marcelo se sobresalto.
-¡Imbecil!-dijo, agitando su mano a través del retrovisor.
-¡Ja, ja, ja!-rió Loreto.
El auto aceleró bruscamente.
-¿De que te ríes?
-¡Ja, ja! Ya sabes lo que dicen, que un instante es le tiempo trascurrido desde q el semáforo esta en verde hasta q el de atrás toca la bocina.
-Pero que chistoso.
Afuera la lluvia se hacia mas intensa. Loreto se peinaba. Su falda estaba corrida por el apuro que tubo q salir.
-Nunca me regalas flores.
-Otra vez con la misma canción-murmuro.
-¿Que dices? -Nada, que otra ves están tocando la misma canción que hace un rato en la habitación.
-Es la misma radio. Repiten mucho pero me gusta.
-A ella le gusta...A todo esto ¿sabes lo q es una eternidad?
-Ya me estas cambiando el tema. ¿A tu mujer le regalas flores?
-Eso no te interesa.
-Pues yo creo que si le regalas. ¿Por que a mí no me regalas flores?
El auto continúa su camino acelerando cada vez más.
-Hay solo dos ocasiones en que un hombre le regala flores a su mujer.
-¿Si, y cuales son? ¿Cuando se le declara por primera ves? ¿Cuando le propone matrimonio?
-No. Una es cuando acaba de decilucionarla.
-¿Y la otra?
-Cuando esta apunto de hacerlo.
-Eres un cínico.
-No, no lo soy. He sido completamente honesto contigo. Jamás te he prometido nada.
-Claro, soy simplemente la amante, ¿Verdad? ¡Pero ni eso! A las amantes otros hombres les ponen departamentos, les regalas joyas, hasta autos incluso. Pero tu, nada. Hasta cuando me invitas a tomar un trago pides happy hour y me haces compartirlo contigo.
Un nuevo semáforo se aproxima velozmente. Esta en amarillo. Marcelo apresuro más aun la marcha.
-¡No alcanzamos a pasar! ¡Loco!
Un parde bovinazos sostenidos se oyen alejándose
-¿Vistes q pasamos?
-Estas absolutamente loco
-¿Hasta cuando vas a venirme con lo mismo? ¿Crees que por que salimos y tiramos de ves en cuando eso nos convierte en amantes?
-¿Y que somos, entonces?
-No lo se...¿Tirantes, tal vez?
-Te odio. Eres un pobre ave, lleno de frustraciones, que necesitas de mi para sentir algo en tu vida.
-Por lo visto no somos muy distintos. Tu me necesitas también y, hasta ahora, a pesar de tus reiterados exabruptos, te has contentado con lo que te ago en la cama.
-Para el auto. ¡Déjame aquí!
-No seas absurda. Falta poco para tu casa, te vas a empapar con la lluvia.
-¡No me importa! ¡Detén el auto!
Marcelo piso el freno fuertemente y el auto resbalo por la calzada durante un lago trecho, salpicando agua para ambos costados. Lugo apago la radio. Al interior, el limpia parabrisas volvió hacer el único sonido.
-Linda frenada-Dijo Loreto-Casi tan linda como la que te salio en los casoncillos. Dile a tu mujer que te los lave.
Loreto descendió. Su falda seguía corrida y su cabello más arreglado, pero no perfecto. Dio un portazo q dejo al auto meciéndose como una cuna.
-¡Para la otra la dejas giratoria, ridícula!
Loreto coloco su cartera sobre su cabeza y se alejo corriendo. El auto se volvió a ponerse en marcha.
Aun q ella no podría escucharlo, Marcelo grito:
-¿Para que sepas, una eternidad es le tiempo en cuanto sales del motel hasta que dejas a la mina en su casa?
El auto volvió acelerar. Un nuevo semáforo apareció en el camino. Esta ves en rojo. Marcelo saco de su bolsillo el anillo y se lo puso en el dedo de la mano izquierda. Un hombre se acerco a la ventana.
-¿Flores, patrón? ¿Flores para su esposa?

:::::::::::::::::::FIN::::::::::::::::::::