Dame un segundo
en estos minutos
que tacañamente me entregas
para despedirnos.

Deja que mis manos
recorran por última vez tu cuerpo
hecho de suave seda
como si fueras la mas fina de las princesas.

Deja que mis ojos,
cegados y aturdidos
por las luces y emociones
que nacen de los tuyos,
te miren una última vez
buscando que nuestras pupilas
se cruzen en una fugaz mirada.

Deja que mis labios,
esos que te decían cosas hermosas
que te hacían estremecer,
intenten darte un beso
que simplifique todo lo que quisiera decirte.

Deja que mi nariz
que sintió los aromas más dulces y suaves
que jamás han existido
se acerque a tu cuello
para oler tu perfume,
mezcla de dulzura y olores cítricos.

Dame un segundo
que dure toda la vida
para despedirme
de la persona que nunca dejaré de amar.

Deja que mi lengua
saboree tu piel virgen
y sienta la suavidad de tu cuerpo.

Dame un segundo
en estos minutos que nos quedan juntos
para que mi actitud,
mi mirada,
mi beso de despedida,
simplifique todo lo que quisiera decirte
y que tu no quieres oir.