Luego de horrendos clamores, el silencio.
El polvo
y doscientos gritos ahogados.
Levanta tus ojos, Madrid!!
tu elegía es la de todos...
No dejes que el dolor te acalle...
En la hora señalada que los pueblos pugnan
existirá una canción quieta que cantar...
Madrid: en tus manos el destino,
la humanidad silente
y los ojos cerrados.
*Inspirado en la foto de una reina raramuri.
Texto agregado el 13-03-2004, y leído por 231
visitantes. (3 votos)