En mi se ha despertado el lado pasional, ese lado carnal del placer de tocar, oler, saborear un cuerpo húmedo, el divino cuerpo de la mujer lleno de texturas, formas, volúmenes, profundidades, que también para un fotógrafo hace que se convierta en un "objetivo" de los mas hermosos e interesantes que pueda capturar un lente.
Creo que es maravilloso hacer el amor, no tener sexo que eso quede claro, hacer que el espacio y tiempo sean sólo palabras y que en el instante, ese instante todo los demás desaparezca, y sólo existas para esa persona, y esa persona exista sólo para ti.
Observando como con un roce de un dedo la textura de la piel cambia, viendo como con ese ligero roce haces estremecer en su totalidad a alguien, haciendo que se sientan unas pulsaciones tan intensas que te llenan de arritmias cardiacas y que también alteran la respiración, con aspiraciones profundas, fuertes y pausadas...
Retomando algo que también me parece divino y exquisito, es esa humedad y esos olores, del cuerpo femenino. Que tal vez en un principio parezcan muy penetrantes, concentrados y tal vez algo desagradables, Pero que en el instante posterior, olvidas la idea de que disgustan y se hace maravilloso el poder oler. Un olor tan cararacteristico que cuando regresas a la soledad de tu cama viene a la memoria y hace volver a desear disfrutar de él.
El olor que tal vez sea el de la pasión desbordada...
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