Ilógica numérica

Un viajante ha muerto en la cama de una prostituta. A las tres de la mañana, sin razones aparentes. A la vuelta de la esquina, Robert de Niro dispara quince balas a un Mercedes Benz. La Veretta esta descargada y el auto parte raudo. Números. Son ilógicas las vueltas de la vida. Un atleta de Mozambique salta la quinta valla a una velocidad increíble. Noventa y cinco. Kilómetros por hora. Esta corriendo por su vida. A solo un segundo de distancia, un avión de las fuerzas aliadas ha provocado veinticuatro muertes. Diecinueve insurgentes y cinco inocentes. Efectos colaterales. El león tira del pedazo de carne hasta desprenderlo del hueso. ¿Cuántos huesos tendrá el cadáver bajo las zarpas del león? La brutalidad del mundo declama su dominio sobre los seres.
Álvaro parafrasea “la vida es una rueda y sigue girando muy a nuestro pesar…”. Escupe un carozo de durazno y se rasca el culo con la otra mano. Ya se comió cuatro duraznos y le esta por dar un pico de diabetes.
No intentes buscarle sentido a las palabras. El mundo no tiene sentido. Solo es una sucesión de imágenes descarnadas, a veces matizadas con algunos rasgos de felicidad. Somos un número, apenas relevante. Somos milésimas dentro de millones, somos… números.
Y siguiendo una loca carrera, Soledad piensa en hacer el amor con su amante antes de apagar el televisor. Mientras tanto, en otro lugar de la galaxia urbana el amante de Soledad se acerca a una ventanilla enrejada. Saca una moneda del bolsillo y le habla al sujeto que esta tras ella. “Ponele un peso al…” elegí vos el numero. Total, solo somos eso.