El viento sur solo enfría a los pobres.
¿Por que será que odio a los poetas?
Odio la poesía grasosa, en la que sobresalen palabras aprendidas en la universidad, o en un crucigrama, o en el diccionario que se lee mientras se va al baño.
Todos hablan del mar, la soledad, la luna, el sol, el amor, los ángeles y las hadas, pero ¿tan bien les va que piensan en eso? ¿No piensan en otra cosa? ¿El amor es estupidez? ¿Eso han hecho? ¿El amor es hablar de cosas simples con palabras complicadas? La vida, la muerte, el amor, el odio, ¿eso es todo? ¿No hay más? ¿Como puede alguien solo pensar en eso? ¿Escribir solo de eso? ¿Y lo que nos pasa alrededor? ¿Toda la gente que pierde alrededor?, ¿piensa en eso? ¿O esos pensamientos surgen de la comodidad de la rutina?, eso nos aburre, entonces, le damos tanta importancia al amor, que lo desfiguramos, lo convertimos en algo tangible, tonto, absurdo, que nos termina dando asco, entonces, volvemos a creernos poetas y odiamos a la gente que pasa sin amor, sin preguntar, sin saber, que les ha pasado, porque esa botella de vino sobresale de ellos.
Ellos no aman, son pobres, ellos no piensan en la muerte, son analfabetos, ellos solo piensan en comer, son solo muertos de hambre.
Espero que esta noche, no se hayan cruzado con ningún poeta, espero que alguien se haya dado cuenta, y que no haya dado vuelta su cara mirando su libro universitario, y pongan ese pollo anti-vegetariano ante ellos, que no saben lo que es la suerte de elegir ser vegetariano, de elegir complicar su vida con palabras de diccionario, de elegir sorprender con párrafos inútiles, de elegir.
Solo espero, que tengan una buena botella de vino, para que por un día mas, no nos odien, por olvidarlos, por hacernos los tarados ante su presencia, solo espero, sin esperar, que todos los nuevos poetas, no escriban con frió, ni con hambre, si no, con la conciencia, de saber que un escritor, escribe por los que no pueden hacerlo.
Defendiendo el arte de la escritura, que ha nacido para informar, e informarnos, que nosotros, tenemos el deber de saber, y de no olvidar, que todo y todos somos lo mismo, y eso, lo debemos sentir en la sangre, si no, el artista, se ha muerto, y le damos lugar, al payaso romano, que trabaja para ocupar el sentido de los que no pueden sentir.
No es poesía ni cuento, es una reflexión propia, quizás la única de todas mis obras.
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