En la palma de la mano quedaron los recuerdos hermosos e imborrables de nuestro bello verano. Y se anidaron sobre ella encendidas promesas de un amor joven y eterno Bajo la luz de una estrella. Y tu abierto corazón que recitaba poemas me confesó su amor de canción en canción. No creas que todo será en vano decías con dulce sinceridad pues el destino de ambos está aquí, en la palma de la mano.
Texto agregado el 06-07-2007, y leído por 229 visitantes. (11 votos)