Cuatro paredes encierran mi ser.
La quinta pared: el miedo.
Sufridas puertas me contienen
Para evitar el desborde de mis ansias.

La locura, intima amiga,
Me envuelve en su manto
Y acuna mis penas.
El terror, un ente vivo,
Me lanza al extremo
Y me atrae hacia el.
No me tortures!
Solo soy un hombre,
Nada mas.

Esclavo de las horas pasadas,
Vago en mi mente,
Y recuerdo en mi prisión sombría
Aquellas pocas cosas que flotan, o fluctúan,
Del abismo de mi mente, a un atisbo de razón.

Soledad: estado prematuro,
Vestigio de antiguas compañías;
Exaltada en esta sombra inmensa,
Donde yacen mis huesos retorcidos.
Esquirlas del ayer, memorias del horror.
Ponzoña de mi alma: la ausencia.
Pobre extirpe la mía!
Recluyo mi mente en otra celda,
Para no volver a verla nunca.