Puedo sentir los pasos de la muerte
su natural desplazamiento a medias
por mi corazón lleno de inviernos.
Puedo oler su desesperado intento
por abrazarme
su lucha triste por los corredores.
Ronda vestida de compañera fiel
insinuándose eróticamente frente a los espejos
Yo camino siempre un paso adelante
y la sombra que refleja el camino
no es la mía
es ella con su traje sucio de eternidad
crujiendo en todos mis exilios.
Mi soledad de hoy esta tan sola
que su abrazo sería bien venido
en noches como estas
camino deprisa y sin mirarla
porque su rostro brilla ante mi opaca mirada
y su perfume embriaga a mi niña cansada
mi niña y sus rodillas saladas de sangre
mi niña y su anhelada oscuridad
en noches como estas
el hocico implacable de la muerte
me recuerda a la infancia
me recuerda al infierno...
Texto agregado el 13-03-2004, y leído por 261
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La infancia y el infierno copulan. Y en tu caso dieron a luz una poeta que tiene mucho que decir y aportar. Que hermosos versos: mi niña y sus rodillas saladas de sangre/mi niña y su anhelada oscuridad. Esa niña viva aun, recibiendo tus arrullos, tu sangre oxigenada, tus desvelos por encontrarle un sitio donde guarecerse para siempre. Haz tocado mi fondo, aun mi niño, llora sangre. Saludos.
fragoncum
13-03-2004
Es un retrato hermoso de sentimientos tristes que nacen del fondo en la transparencia del dolor.Hermoso ¡ me gustó ! mis 5* para tí. Ignacia
13-03-2004
Triste pero hermosamente escrito, felicitaciones, mis estrellas giocacio
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