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Inicio / Cuenteros Locales / LestatVamp / Días fríos en mi ciudad

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Hoy salí a la calle como todos los días, y luego de caminar unas cuadras hasta el paradero, encontré un niño vendiendo caramelos. No es que sea la primera ves que encuentro un niño vendiendo caramelos, solo que nunca llaman mi atención, ni me inspiran ningún sentimiento. Pero esta ves fue diferente, porque me llamo la atención que hacia frío, y llevaba puesta tan solo una camiseta, mientras yo llevaba una casaca gruesa y aun así sentía la humedad colándose por mi ropa. Llevaba un pantalón que le quedaba por encima de los tobillos, unas zapatillas con agujeros y no usaba medias. Pero al parecer el frío no lo molestaba en lo absoluto. Me pareció que debía ser muy triste su vida, ser tan pobre y tener que ganarse la vida vendiendo caramelos en la calle y en los micros, cosa que me parece por demás humillante. Algo a lo que no me vería arrastrado nunca, por mas que la necesidad fuera muy grande, simplemente porque me daría mucha vergüenza. Y además, me decía, que esa venta no debía dejar mucha ganancia. Aunque no soy muy bueno con los cálculos, lo intuía.

Pero lejos de parecer triste se veía sonriente, y gastaba bromas a otros niños, que como el, estaban a esa hora esperando los micros y combis donde realizarían la venta de su producto. Me sorprendió, ya que si bien no tengo una buena posición económica y definitivamente me encuentro mejor que el, ya que no me falta comida, ropa, casa, alcohol o cigarrillos, y si bien tampoco tengo mucho dinero porque no me gusta el trabajo, ya que este me deprime y me causa mucha molestia, se veía mas feliz que yo, mas optimista y con mas bríos.

A mi en cambio se me ve abatido, envejecido, encorvado y transmito poca energía. Me preguntaba si yo hubiera sido feliz como el, vendiendo caramelos, jugando con los otros palomillas con quienes comparte la misma suerte, triste y esquiva. Si cambiaria mi efímera estabilidad por sentirme feliz como ellos. Y en eso se me acerca el niño y me ofrece su mercancía, al ínfimo precio de una moneda. Pero paso de largo ignorándolo, a pesar que coloca sus golosinas e interrumpe mi paso. Como si no existiera, lo evito y subo a mi combi, mas triste, mas abatido, mas viejo y mas encorvado que antes.

Texto agregado el 04-07-2007, y leído por 138 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
16-07-2011 Suave, un texto ligero y continuo en el trazo. Un tema enternecedor (aunque trillado), que llega al alma, el final es bueno, pero pudiste exprimir un poco más. solo_agua
 
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