Incontables noches son tus manos. Todas tus voces para mi son pergaminos. Ampáro, cualquier sonrisa es tuya, y es luz sola en todo abismo. De mis dedos conozco palabras, historias, fuegos; pero tu piel amiga, tu piel es la corona, es el reino más generoso, más melancólico, más mágico. Espero, siempre espero. Un día, me digo, tus manos serán mi mapa, tus labios mis tareas. Soñaré un río de claveles que de ti y a ti concurra. Ampáro, abrázame... abrázame. Las figuras del cielo germinan el ritmo de tu danza, y las lágrimas de quienes aman son un lago en mi corazón. Tu alma, amor, tan liviana, tan enigmatica; tu hermosa alma. Amparo mía, Amparo solo de ti; te amo. |