El maravilloso detalle de una conversación sería y debería ser una admirable advertencia socio-política, político-social, físico psicológica, reverberarte atención positiva del mismo positivismo natural, impresionismo de una que otra pasada ocasión de cambio. ¿Un cambio? Una caída del cuarto (o bóveda) que guardase los recursos para de interés, a la mazmorra del aburrimiento y tedio del peso de lo común. El doctor dice que no es lo mismo que normal, que el calcio en los huesos disminuye en un 90%.

Abandono a la adulación colectiva de seres inertes; la brutalidad de la decepción, fugaz memoria del pasado muerto a su vez, cubriendo las hojas con hojas artificiales. Vivas, muertas, ¡ummm!, da igual.

Crecimiento retórico, rotores momentáneos del destino, destinados a antropofogarse una y otra y otra vez. ¡Dios! ¡Dios! estas convulsiones tienen que detenerse, tienen que hacerlo ¡Dios! ¡Bah! habladurías, jamás llevo un reloj. Fuck it, it's for me ma.

Los tienen por partes, pedacitos rotos, pedacitos en el suelo que crujen al pisarlos. Como los sueños lloran cuando mueren, como las frecuencias lloran al perderse. Si fuera espiritual diría que es una señal. ¿Morir? vaya es lo mismo. Dar, recibir. Verbos de conformismo y opresión. Bah! siguen siendo habladurías. Compras, ventas, palabras al aire, vetas de colores estrafalarios de silicio.

Ecuaciones aporreadas de sentidos imaginarios despedazadas por el tiempo de uso. y el tiempo nos da: amor.

¡Ya veo! ¡Has sido visitado por la reina MAB! Viene en su caravana de arroz con dos gorgojos por caballos y se pone sobre la garganta del soldado herido (o en las manos del abogado avaro), les enseña a las mujeres como parir y las oprime bajo el peso de la maternidad. ¡ELLA ES! ¡ELLA ES!

-no hay sensatez en ir.
-¿por qué no?
-tuve un sueño hoy.
-yo también.
-¿de qué fue el tuyo?
-de que los soñadores son mentirosos.

ta ta.