Te conocí en un momento extraño de mi vida.
Y si bien ha pasado poco,
Me redescubro en tus ojos y he cambiado,
Porque el querer te cambia, (lo aprendí de ti).
No pretendo poner expectativas en palabras,
Si talvez, deseos.
Me tomo un momento de reflexión,
Y te digo:
Quiero tocar tu piel y que tu sientas la mía,
Y conozcas el suspiro de mis poros,
Colándose en tu respiración.
Quiero que experimentes conmigo el infinito,
Que dejes a un lado la conciencia,
La exactitud de las cosas,
Que pierdas el manejo volitivo de tu cuerpo
Y sientas que la libertad de la intimidad,
Fluye en plenitud irracional.
Quiero que me permitas descubrirte,
O mejor aún: que te descubras para mi.
Quiero la libertad de quererte en cualquier momento,
Que sepas que no es muy pronto para mi y lo respetes.
Yo sé que necesitas tiempo y estoy dispuesta a esperar,
Pero no le pondré pausa a mi sentir.
Siento que me quedo con mil cosas por decirte,
Necesito valentía, en parte paciencia,
Afrontaré paso a paso cada obstáculo,
Y tumbaré los muros inconscientes que me pongas.
Te buscaré detrás de ellos, porque sé que estás ahí,
Detrás del freno que te ata, delante de mis miedos.
Dejando que me des lo que quieras darme...
Lo confieso,
Cuesta querer con todo,
Con el alma libre y vulnerable,
Con la incertidumbre y un pasado,
Me cuesta dejarme querer...
Y quererte...
“y sin embargo te quiero”;
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