Los caminos tergiversados de la mentalidad humana, la maldita dependencia de estar con alguien. La bendita dependencia de oler el mal aliento de una compañía, cuando uno despierta queriendo solo besar esa boca para luego desnudarla y lamerle esa salada axila, y consumirse luego en un juego de hormonas y penetración.
La morbosa necesidad de caminar por la calle, sentir que al llegar a su destino final alguien lo estará esperando, con una sonrisa que indica que lo ha estado extrañando desde el momento que él beso esa persona al abrir los ojos.
La incomparable satisfacción de cuando al abrir la puerta, poder percibir esa esencia, esa fragancia que lo llena a uno y al poder palpar esa sensación y saber que se ha llegado a casa.
La inigualable dependencia de sentirse como un niño mimado en los brazos de sus ser idolatrado cuando al mover la cabeza como un gato dentro de sus pechos sentir la delicadeza de esa sedosa piel, y luego escuchar esa melodiosa voz susurrarle al oído y sentir como el cuerpo se derrite cuando esa brisa choca en notas de placer.
La única y sagrada cualidad de saber que esa persona va a dar la vida por uno, no importa la circunstancia y que jamás permitirá dejarlo llorar por tristeza solo por felicidad.
Los caminos tergiversados de la mentalidad humana, Nada de eso existe, son solo sueños, ideas.
Algún día llegara… eso espero.