¡UN FRÁGIL SUEÑO… LA VIDA!
Era una hermosa mañana de abril, algo fresca y húmeda. Azalea, quebrado su frágil sueño, se levanta con la ilusión de ir a ver la campiña florecida. Vendría por ella su adorado Fernando para ir juntos.
Estaba dando los últimos toques a las cintas de sus botines, cuando un grito entra por la ventana. “¡Azalea, asómate!
Rápidamente corrió y se asomó por la ventana. Bajo ésta, estaba Luisito, el hermano menor de Fernando.
Hola Luisito, ¿Qué pasa?
Dice Fernando que vendrá un poco tarde porque tuvo que ponerse a terminar los planos del puente que le encargaron, que en media hora viene por ti.
Espérame Luisito, ahora bajo. Iremos a su encuentro tú y yo, pero lo haremos por el camino viejo para llegar antes de que el salga.
Los dos se fueron platicando animosamente, cuando grita Luisito con temor… ¡Cuidado! Allá está un panal de abejas… ¡Mira! Viene una para acá, no te vaya a picar…
Azalea se dio cuenta que la abeja se acercaba peligrosamente y por más que trataba de correr, el amplio vestido no se lo permitía. Con el paraguas trataba de espantarla pero no se escapó de un fuerte piquete… ¡Ay! -Gritó dolorosamente la joven-
¡Azalea! ¿Te picó? -preguntó el niño nervioso-
Si… Y me duele mucho Luisito, corre a avisarle a Fernando… ¡Corre! Me siento mal…
Azalea se regresó caminando lentamente, pero sentía que le faltaba el aire, ella no sabía que era alérgica a los piquetes de abeja. Su frágil cuerpo se desplomó. Quedó inmóvil. ¡No se levantaría más!
Quien diría que con las flores de la campiña cubrirían su tumba.
¡Ya no pudo ver los hermosos prados y los vivos colores que iría a admirar con su amado Fernando.
Así terminó el día mas alegre de Azalea… ¡Ahora su tumba siempre está llena de hermosas flores!
FIN
Maranti
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