La pequeña respiro profundo, suspiró por última vez y comenzó a escribir, sumida en su decepción y en la agonía se saber que serían sus primeras y últimas palabras, palabras incoherentes que brotaron de la nada, pero...¿realmente de la nada?
Las luces se apoderaron de ella, luces de colores, de divinos colores, mezclados con la luminosidad y el destello de esos ojos, nunca antes se sintió así, (tal vez sí), pero tenía la certeza de que era algo especial, (él no lo sabía), de eso que te hace volar a un mundo aparte, a un mundo lleno de dulces melodías y placeres y del que no quieres huir jamás y te refugias sin pedir nada a cambio.
Mientras, se veía pasar a lo lejos un cúmulo de imágenes sin sentido, tenían esa sensación de estar solos en el mundo; ella solo sentía su corazón palpitar a un ritmo desesperante del que no puedes escapar, él acariciaba su rodilla, ella sabía que era algo especial.
Sumidos en un caminar lento, el tomó su mano, ella lo miró con timidez, y ella sabía que era algo especial.
Luces, luces y más luces, ella solo lo miró y la espera les regaló un abrazo, ella sabía que era algo especial.
Los minutos avanzaban, la pequeña solo quería detener el tiempo, y dilatar cada milésima de segundo, él solo sonreía y escondía una dulce traición (de ésas que duelen), ella sabía que era algo especial.
Completamente sumergidos en una maravillosa fantasía,los planetas se alinearon, eso ella lo sabía, nada podía ser tan perfecto, tan apolíneo, caricias y más caricias, notas melodiosas sin sentido, y una exquisita sensación de amor, sí amor, (por que no decirlo), de ese que no se encuentra fácilmente.
Sus labios, sí, sus labios se unieron en una impecable combinación de sueños y deseos ocultos, nadie podía arrebatarles eso, y ella sabía que era algo especial.
Pasaron los dias, ella inmersa en un sentimiento de incertidumbre e impaciencia, recordaba cada palabra, cada dulce y amistoso beso, y soñaba, solo soñaba.
“Es impresionante lo que hace el amor” pensaba. Solo fueron horas, tal vez minutos, ¿será que estoy perdiendo la razón? , pero ella sabía que era algo especial.
Todo lo que comienza tiene que terminar, (alguien dijo un día), felices desenlaces llenos de confianza y verdades (como en los cuentos de hadas), desenlaces tristes y sin sentido, (como éste, o quizás no, quien sabe), lo único real de todo fue cuando la pequeña sintió una melodía estruendosa (de esas que te hacen rabiar), se sintió aletargada y sin fuerzas, abrió los ojos y supo en ese momento que su sueño había sido especial, si algo muy especial...