Desde la tristeza de mi cáscara vacía evoco aquellos días de la no marea cuando dormida en la paz de tus ojos me sentía viva. Tenue recuerdo de ese vasto mar que me acercaba tu presencia y tu amor para poder acariciarte sin tocarte. Marea descolorida que con su llegar de olas desavenidas inundó cada rescoldo de mi vida condenándome a la no existencia de vos Marea indolente flujo de mar ensombrecido que a nuestro ir y venir de sueños supo envenenar con su salitre Cosas de la marea y de un amor que se fue perdiendo en ella mientras mi mano desorientada soltaba la tuya sin quererlo.
Texto agregado el 29-06-2007, y leído por 151 visitantes. (5 votos)