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Queridísimo diario-consultor:
Primeramente desearía mostrar, como tantas otras veces he echo, mi mas sincero agradecimiento a su sabiduría y eterna paciencia. Deberá disculpar la falta de memoria de la que disfruta un servidor; en tiempos eso habría o hubiese sido considerado un problema por mi, sin embargo no es lo más grave que me atañe en estos momentos. Ni mucho menos. Seria estúpido por mi parte no reconocer su inestimable ayuda y talento derrochado en tantas y tantas circunstancias desagradables a las que me he visto sometido.
Como ya sabrá, de un tiempo a esta parte, he volcado incontables dolencias y quebraderos de cabeza a este cuaderno. De algún modo, a sido mi única vía de escape al infierno en el que me veo sumido. Y de alguna manera que todavía desconozco, podía encontrar a los pocos momentos respuestas a mis dudas, como jamás hubiese imaginado. Magia y experiencia se unían con el único fin de evitar echar a perder mi alma.
Pero ahora me invade una nueva sensación, ya desconocida para mi: la ausencia de ti (o de usted, ya que no tengo manera de conocerle). Cada vez mas y mas, veo deteriorarse mi cuerpo y mi mente. Y donde antes hallaba respuestas, ahora solo veo huecos vacíos. ¿Cuánto tiempo puede haber pasado? ¿semanas, tal vez meses, desde la ultima intromisión? Mis dudas aumentan, y el tiempo quizás pueda conmigo, eso él lo sabrá... También reconozco, quizás, la repetición de algunas de mis dudas. Apelo de nuevo a su sabiduría y eterna paciencia. Con todo, la idea de un silencio causado por mi culpa me sumiría por completo en la mas absoluta oscuridad, mayor si cabe que la inherente a este lugar.
A modo de mensaje en una botella le digo: hasta pronto, bendita incursión.

Estimado cubículo 36911.1:
Nos sentimos complacidos de tenerle de nuevo entre nosotros. Bajo ninguna circunstancia debe sentirse usted de ese modo y antes que nada le ofrezco mi mas sinceras disculpas. No debería ser usted tan dramático. Como ya se habrá dado cuenta, escribir un diario siempre es de gran ayuda. El que esto suscribe puede garantizarle el seguimiento continuo de sus constantes vitales, y la lectura integral del diario-consultor. Mas que en ningún otro lugar del mundo, y quizá a excepción de los sueños (el mundo onírico), en donde usted cohabita, el tiempo es fractal. Todo sucede al mismo tiempo, o nunca. Vive y muere, al mismo tiempo. Esta usted en todas partes, o en ninguna. Cuando la relajación se inicia, los defectos físicos cuya barrera energética es pequeña se desplazan sin problema hacia su desaparición. Otros tardan más tiempo, y otros mucho más. En este punto ya podría quedarse dormido. Pero nosotros vamos mas allá. Solo concéntrese en un punto blanco cuando crea dormirse. Manténgase consciente, no tenga miedo y no lo dude: levántese y vuele. Descubrirá así una sensación propia de los hombres que, como usted, transcienden del tiempo lineal, de la muerte y la mediocridad.
Esperando haberle sido de ayuda, le saluda el diario consultor mágico.

Queridísimo diario-consultor:
No tiene usted idea de cómo reconforta leerle de nuevo. Daba por perdido mi pequeño episodio cercano a lo paranormal, si es que puedo llamarlo así.
Supongo que tendrá usted razón con lo del tiempo fractal. Sin embargo, el enfrascarme ahora en viajes, del tipo que sean, se me antoja empresa demasiado importante. Permítame que me remita, sin rodeos, a lo que de verdad ocupa mi mente a día de hoy. Creo diferenciar claramente unos pequeños bultos a la espalda, y los siento cargados de pus amarillenta. Unas extrañas formas onduladas parecen extenderse por toda mi piel, y por si fuera poco noto como mis orejas pierden los pliegues que las hacen naturales a la vista.
Acostumbrado a mis habituales quejas aquí escupidas, pueden no parecer gran cosa; sin embargo, esta vez es distinto. En mayor o menor medida, quien sabe si por su ayuda, siempre remitían mis molestias y dolores. Lo que aquí le explico hace mucho tiempo que lo acarreo, antes incluso de comenzar a escribir el diario, y de eso hace ya mucho. Ahora creo recordar el habérselo mencionado con anterioridad. Como ya sabrá no me debo a factores externos mas allá de mi mismo, y temo que esto pudiera acarrear secuelas, que en ultima instancia, permítame que se lo diga, es lo ultimo que pretendemos.
Y mientas meto el diario en el túnel del tiempo y de la magia, le doy las gracias de antemano, a usted, o ustedes.

Estimado cubículo 36911.1:
Los viajes a los que me refiero son a modo de entretenimiento y para aquellos momentos en los que sienta como si le faltara el aire. Es importante que lo tenga en cuenta, abra su mente, y por supuesto lo intente.
Ciertamente, en anteriores fechas, ya me avisó de la aparición de bultos a la espalda y pliegues anormales de la piel. Sin embargo, también guardará en memoria haberle dicho que los susodichos no son mas que confrontaciones básicas de marismas restringidas, propias a su vez de elementos patógenos, que, permítame que se lo diga, no le atañen a usted por su condición actual. No contienen pus, salvo las anotaciones sincrónicas dicroicas. Al tacto pueden ser llamativas; sin embargo, al cabo de un tiempo, le garantizo que podrá olvidarse de ellas.
Sin mas interés que ayudar, le saluda el diario consultor mágico.

Queridísimo diario-consultor:
De nuevo agradecer sin dilación su interés por mi estado. Creo haber conseguido realizar el viaje del que tanto me ha hablado. Sin embargo, no creo lograrlo completamente, ya que en un momento dado, me entra el miedo. Supongo que usted ya sabrá a lo que me refiero. Las palabras se me quedan cortas para definirlo.
Diario mágico: no consigo apaciguar el malestar. No tengo duda de que el repetirme los síntomas continuamente no hace otra cosa mas que empeorar mi situación, pero ahora e de sumar otro factor.
Miedo.
Por si fuera poco, la angustia y el miedo se ciernen sobre mi con demasiada frecuencia, como la niebla cubriendo el cielo de un amanecer frio y húmedo. Tiemblo, grito, y como usted decía, me falta el aire.
Noto un olor nauseabundo que lo inunda todo. En mis orejas se han formado extrañas figuras, la piel me cuelga hasta darme casi en la boca y noto mis dedos largos, fríos, ajenos e inmóviles.
Siento crecer costras alrededor del abdomen, y en cosquilleo extraño en los pies me irrita de sobremanera.
No aceptare que nadie me viera jamás así.
Diario mágico: apelo a tus conocimientos. No quiero perder la razón.
Ayúdame.
Debes de saber como hacerlo.
A modo de bengala auxiliadora, hasta pronto, bendita incursión.

Estimado cubículo 36911.1:
De acuerdo. Olvidemos los viajes de cualquier tipo y centrémonos en lo que le angustia.
Creo recordar que ya hablamos de esto. En ningún momento debía usted volverse paranoico, condición indispensable ésta para el correcto funcionamiento del conjunto. Debe de tranquilizarse. Los ataques de histeria no son reales, ya que se producen dentro de su cerebro. Al igual que los viajes astrales, usted es el único que puede controlarlos, cortarlos o redirigirlos. Imagine cosas alegres, recuerdos del pasado que le gustaría repetir en un futuro. Usted, como todo hombre, puede buscar en su mente, y hallar experiencias vitales que engrandecerán su futuro, y por que no decirlo, su presente.
Todo el proceso que sufre es totalmente normal, y es típico de su situación.
El olor al que se refiere se debe únicamente al cambio habitual de edición pertreñada por algún equipo común de alta graduación. No reside problema alguno en los cosquilleos de los pies, y la elasticidad de la piel quizá se deba al echo simple de una mezcla compuesta de equívocos y serendipias supinas por su parte. Solo así podrá continuar con su vida, como hasta ahora.
También me veo moralmente obligado a darle un toque de atención, ya que, como recordara, las situaciones extremas no planteadas pueden dar lugar a resoluciones excepcionales UNILATERALES y EXTERIORES.

Queridííísimo diario-consultor:
Lo intento. Pienso en ello. Pero lo siento. Viajes. Sueños. Recuerdos. Todo ello es en balde.
Es titánico el esfuerzo al escribir cada letra, pero quizá es lo único que me hace permanecer cuerdo. No tengo palabras para describirlo. Desesperación, miedo, mareos, oscuridad y lamentos es todo lo que mis sentidos perciben. Quizás he entrado en alguna especie de circulo vicioso. Pero no puedo salir. La locura y el delirio son las palabras que imagino. Ahora imploro su ayuda.
Tengo el cuerpo como su hubieran encontrado un cadáver en la bañera después de semanas sumergido. La piel del pecho tengo que escupirla de la cara si quiero seguir respirando, una fuerte presión en el pecho me impide respirar y solo consigo llorar, llorar como jamás en mi vida he llorado. No es dolor, es angustia, inimaginable situación en la que estoy para un hombre de mi posición. Escucho lamentos a través de las paredes de metal. Es horrible. Ahora solo quiero salir de aquí. No es locura. Esto es real, y quiero salir. Quiero salir. No lo soporto mas. Es horrible. Quiero salir. Haz lo posible, diario mágico consultor o lo que seas, por favor, ayúdame a salir.

Estimado cubículo 36911.1:
La situación que comenta no es mas que un caso normal y corriente de paranoia esquizoide típica de su situación y naturaleza humana. Los síntomas varían, desde convulsiones espontáneas adquiridas, hasta reflejos permanentes de constancia pretérita. Y como tales, deben de tratarse según el procedimiento establecido. Los matices de su fonética y perseverancia en términos no son diferentes a otros muchos; así pues solo queda utilizar su diario-consultor como hasta ahora e hecho: con afán de ayuda tras cada lectura y entregas sucesivas de recursos.
La advertencia queda entregada y como nota queda este aviso indisoluble.

Postulado inicial: 36911
Condición iniciada: D03-M03-A06

Querido diario consultor:
No estoy en condiciones de escribir. Ya no quiero salir. Solo deseo morir. No quiero comer, pero la sonda va directamente a la garganta. Aire. He mordido un trozo de mi carne para seguir respirando. Basura. Estoy suspendido en una placenta de orina y heces y sangre que entran en mi nariz y atascan mi garganta. Detritus. La sangre me ha llegado a la boca. Me e roto el pie de un golpe contra el metal. Pero nadie dice nada. Silencio. El silencio en sepulcral. Solo oigo la vibración de mis órganos defectuosos. Cables y tornillos sueltos flotan en el caldo apestado. Crueldad. Yo no vine aquí por esto. Delirio. Tu debías de ayudarme. Confié en ti. Confié en vosotros. Mátame. Ya no puedo darte dinero. Mátame. Hazlo solo por humanidad. No lo soporto. Mátame ya. De no ser que esto forme parte del proceso, no sabes lo que esta pasando aquí dentro. Y mátame. Mátame ya. Es lo único que puedes hacer por mi. Y mátame por lo que mas quieras. Por mi alma. Solo por ver mi alma volar.


Estimado cubículo 36911.1:
Por la presente misiva le informamos, que según consta en la cláusula 4231-421E 532 del 14 de Julio de 2006, la organización, reservándose el derecho a rescindir el contrato unilateralmente y sin previo aviso, por circunstancias de fuerza mayor; estas son: terremotos, guerra termonuclear, apagones, vandalismo y cortes de agua/ luz, decide, haciendo uso de tal apartado, RESCINDIR el contrato contraído con usted, (anteriormente, y en adelante cubículo 36911.1). Faltas reiteradas en el cumplimiento de los apartados 754-RWD y 235-KNL, llevan a tomar la susodicha decisión.
En cumplimiento de los citados apartados, FIRMADOS POR USTED, y en honor a los principios de los que siempre hemos predicado, hoy, a las 23:00, se procede a la desconexión total de todos los fluidos de vitalidad de su cubículo en régimen de alquiler.

Sin mas pretensión que la ya suscrita, reciba un cordial saludo de toda la compañía.


FDO: FUNDACIÓN ALCOR

Texto agregado el 29-06-2007, y leído por 132 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
29-06-2007 Es interesante, bueno, un par de errores en tantas letras. Por lo demás me ha gustado. Saludos. Azel
 
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