After hour


Caos. Un gran tumulto de cuerpos frívolos entremezclando sonidos. Botellas, vasos, voces. Algunos se mueven al ritmo de una música lánguida y un tanto aburrida. Otros duermen sentados en el suelo y con la cabeza colgando, fiel reflejo de una borrachera aun en pie.
Yo, mochila al hombro y cerveza en mano, me muevo de un lugar a otro, mirando hacia cualquier parte... por inercia. El sueño me hace una gran pelea, pero debo ganarla porque no pagué $1500 para dormir, pa eso pagaba 300 y me iba a mi casa. Así que sigo con mi ronda. En una esquina se ve a un pendejo (es que no lo puedo llamar de otra forma) de 17 años mas o menos bailando con dos minas... minas minas, silicónicamente ricas, y el huea dándoselas de galán ahí con las dos. Me acerco al huea y le digo “te veo complicado con las dos”, y el me queda mirando, las abraza y me dice “nadie se mete con mis primas, oiste?”. Me quemó las pelotas, así que le dije “ahí esta poh, de otro modo no te habrían pescado ni en bajá, así que pa que tanta quebrazón si te tienen de pendejito”. El huea me miro feo, pero se quedó ahí calladito... creo que entendió que tenía razón.
Las minotas se fueron y seguí mi ronda. Ya la música comenzaba a sonar un poco mas fuerte y ya era algo más bailable. Logro divisar el espectro de algunos rostros de televisión que se dan unas vueltas buscando minas. Me pareció raro que en Suecia, donde reina la frivolidad, no los hayan pescado. Sigo en la enésima vuelta alrededor de la disco y me impresiono al ver la cantidad de minas ricas bailando con hueones pencas, y trato de entender la fórmula, pero es como tarde pa analizar hueas... lo mejor que puedo hacer es irme pa mi casa, a las ocho de la mañana, después de doce horas de hueveo... definitivamente, lo mejor que puedo hacer, es irme pa mi casa.

Jorge fuica, transeúnt3.