Estamos muertos.
Nacimos muertos, reímos muertos,
Cantamos, comemos, caminamos,
Creemos que vivimos pero estamos muertos.
A plazos, a crédito, al fiado
Muertos.
Nuestra mortalidad nos atenaza
Amamos muertos, pensamos en muerte,
Somos muertos, respiramos muertos
Pero no morimos sino a plazos lentos
Hasta que llega el día de pago,
Al final.
Y entonces, solo entonces, sabemos que no hay nada en verdad,
Al fin aceptamos, a regañadientes, que estamos muertos
Y la muerte se nos revela como lo que es:
La suprema verdad.
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