Y ya es tiempo,
el que corre,
hacia el final.
Ya es despedida,
la que asoma tímidamente,
detrás de los días venideros.
Sin embargo,
aun me permito el lujo,
de creer en finales felices.
De que, de algún modo,
que yo desconozco,
me mantenga vivo en su memoria.
Que me de vida con cada recuerdo,
que se sonría,
por haber sido participe del mismo.
Me iré, solo si usted lo permite,
entre pasados y presentes,
de lo contrario, visitare nuestros futuros.
Ojalá que cada intención,
no se haya evaporado,
por la fricción del aire.
Y que sus intervenciones,
hayan sido honestas y sinceras,
desde el primer instante.
Estaré al amanecer,
iluminando sus senderos,
acompañando a sus pasos,
simplemente estaré, donde usted quiera que este.
Me niego a aceptar,
condicionamientos infundados,
por leyes impuestas a lo absurdo.
Hoy necesito, que me diga,
que todo no fue en vano,
que esos gestos vivientes no mentían.
Hoy necesito que me diga,
que me pierda en su pasado,
que me guarde en su presente,
o que me quiere en su futuro.
Dígame...
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