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La familia joyce como en muchas ocasiones durante el invierno se reunieron para tomar el té. Al pequeño thomas le gustaba tomar chocolate caliente. Estaban todos e torno a la mesa y thomas vio el gran y autoestimado jarro humeando allá arriba de la mesa. Como estaba sentado al lado de su padre fue a él a quien le pidió que le sirva de forma que no se le fuera a caer estrepitosamente de las manos, haciendo que el té termine de mala forma. Vio quebrarse la superficie endurecida de la leche dando paso a otra más brillante y de color más suave y brillante reflejando la luz gris que se colaban a través de las ventanas del comedor. El vapor del chocolate caliente llegaba a la cara del pequeño thomas hacieno que su faz titubeara dudando si transpirar o no. quizo esperar un rato de forma que el chocolate caliente no etuviera ya tan caliente, pero tal espera no era posible. Rodeó la taza con sus manos que adornaban un brazo cubierto con un colorido polerón sintiendo el calór de ésta, similar al calor que sentía cuando ponía una mano sobre las costillas de su perro, solo que thomas no supo por qué se acordó de su perro. La diferencia es que el calor que sentía salir de la taza era en suficiencia mayor como para no permitir que thomas joyce utilice este método para acercar la taza a su boca. Por esto intentó tomar la taza por la oreja (ya que era una pieza destinada para estos fines), pero la presión saplicada en una superficie tan pequeña como la intersección de la delgada oreja con su dedo producía en thomas un dolor desagradable. Ahora que la taza se enfrió un poco, thomas rodeó la taza con una mano usando la oreja como anillo, posición que por cierto, le acomodaba bastante. Acercó por fin la taza a su cara. Era el prmer chocolate caliente que tomaba en el invierno. Volvióse a acordar de su perro, pero esta vez identidicó de forma correcta las razones de tal ocurrencia. Notó que la taza al acercarse mucho a su cara era imposible de enfocar y se veía doble y borosa. Cuando en pequeño joyce virtió el líquido en su boca con cierta subliminal preocupación no sintió sabor alguno ya que u lengua se saturó de calor hasta el punto de causar en el pequeño thomas un dolor con lágrimas. En consecuencia, sacose el pequeño thomas su colorido polerón en un gesto de desagrado y flácido calor. |
Texto agregado el 28-06-2007, y leído por 88 visitantes. (1 voto)
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