Francisco corría…
Mientras que un enorme perro adulto lo perseguía.

Maria gritaba…
Mientras veía como a Francisco, el perro lo mataba.

Francisco lloraba…
Mientras intentaba safar su cuerpo del perro que no lo soltaba.

Maria enojada…
Agarra un palo y golpea al perro.

El perro gime y ataca de nuevo…

Maria grita…
Pues ahora el perro la tiene a ella.

Francisco herido…
Intenta caminar hacia la pequeña.

Maria toma su mano…
Y juntos intentan correr hacia el árbol.

El perro…
Con deseos de sangre, los sigue con descaro.

Francisco y Maria…
Logran subir al árbol…
Mientras el perro maldito, parado los espera abajo.

Años han pasado de eso…

Y un hombre triste visita el árbol…
En donde Francisco y Maria murieron.

Y llora y llora cada año…
Por aquel maldito día, en que jamás debió haberse emborrachado.

Pues el no se habría convertido en un perro…

Y entonces, Francisco y Maria…
Jamás lo habrían dejado.