Así como el que busca, si tiene suerte encuentra, a veces el que no busca encuentra igual.
A veces encuentra con mucha alegría, a veces encuentra como si un balde de agua le pegara en la frente (y no sólo el aguita, el balde con todo).
Pero cuando se está en el baile, no nos queda otra que bailar, hacerse la idea, empezar a disfrutar la música aunque el estilo no sea el que más nos gusta, ni el que nos hubiera movido en otras circunstancias.
Respirar hondo… aguantar…sonreír….aguantar… un par de lágrimas….aguantar más….y soltarrrrr.
Se nos agranda la familia, y esta vez no es que Sophie (mi nueva gata) haya recibido su certificado de adopción, se agranda con alguien que aún es muy pequeñito
Así es amigos, a deambular como ballena escapada de su hábitat, y a volver a sentir esos sentimientos de “auto protección ajena” tan típicos de esta etapa, cuando no se deja de pensar que uno lleva a alguien que importa más que todo y que su fragilidad nos hace ser tan conscientes que luego de dejarlo salir al mundo pasan días y aún nos cuidamos de los cimbronazos, sacudones, golpes porque toda nuestra piel se acostumbró a cuidar ese tesoro que lleva adentro.
Sentimientos encontrados, preocupaciones, dudas, miedos, alegría.
Lo que siente toda mujer cuando está embarazada, lo que siento por 4º vez en mi vida cuando mi mente y mi cuerpo se preparan esperando a éste, mi tercer hijo. |