El incierto color del cielo reflejado en los ojos, en días otoñales nubosos, fríos como el miedo. Inviernos extraños y secos sin lluvias y menos helados, parece el medioambiente un drogado, y no hay fríos estremecimientos. Llega la primavera sin frentes de aguas, sin ilusión de torrentes, que nadie se extrañe de la fuente si se seca y no se necesita ningún puente. El estío aturquesando tus ojos y tostando esa suave piel tuya sin evitar que fluyan dos torrentes en mi rostro.
Texto agregado el 26-06-2007, y leído por 130 visitantes. (1 voto)