Muy triste amanecí hoy hermana mía, el dolor me paraliza...
¿Recuerdas? Hace muchos años, cuado éramos jóvenes, lozanas, hermosas fuimos escogidas para dar comodidad a nuestro amo Don Tomás. El nos disfrutó y nos cuidó...¿Qué será de nosotras sin su presencia?
Se ha ido ,nosotras también. No pudo despedirse, tampoco pudo heredarnos, somos viejas zapatillas que guardamos sus pasos alegres, sus pasos enfermos. Más de una vez sentí sus dulces manos acariciándome...¡Oh Dios!, ya no tenemos valor material para que otro amo nos use, ¡Oh Dios! extrañaré al amo Tomás.
¿Sábes?, el lamento nos marchitará más...calma, esperemos, escuché que al amo Tomás lo preparan para su descanso final, esperémos...
Un ruido ,se abre la puerta del closet...¡Oh! exclama contenta María...señora ,señora ,aquí están, aquí están.
Unas manos cansadas ,arrugadas ,pero llenas de ternura nos recogen. Hermana ,¿dónde nos llevan? no lo sé ,no lo sé ,pero vamos muy deprisa en estas cálidas manos.
Sólo minutos después reacciona ,descubre que nuevamente están calentando los dulces pies del amo Tomás, quien con un hermoso terno ,una fina camisa ,una expléndida corbata está vesitdo ,para presentarse al Señor, el Señor de los cielos. Pero ellas viejas zapatillas están allí... ¡Oh Dios! ...hermana ,mira el amo Tomás camina y nosotras con él por el mundo de la eternidad. |