Un día en un país al fin del mundo, todo cambio, la palabra vivir fue reemplazado por producir. Dejaron por un momento de pensar y se les olvido como hacerlo.
A las personas se les llamo consumidores, con el tiempo evolucionaron y fueron productos. Pero bueno, este nuevo país emergente crecía a pasos agigantados, el porcentaje de endeudamiento llegaba al setenta por siento. Todo un orgullo frente a los otros pobres países vecinos.
Las ciudades crecían, la gente del campo atraída por el boom de las tarjetas de crédito se asentaba en las florecientes ciudades aportando con mano de obra en las miles de fábricas e industrias que se crearon para poder satisfacer la demanda de los millones de consumidores que exigían productos para adquirir. Debido a esto las urbes debieron extenderse, los cerros y campos agrícolas eran buenos, y allí se construyo.
Los villorrios cumplían con las necesidades, pero las distancias eran enormes. Las fabricas e industrias se instalaban en el centro así la logística de entrega era mas expedita, el tiempo que ocupaban los camiones desde las fabricas hasta la entrega eran mínimos, así se aseguraba el total abastecimiento en cosa de minutos. La producción y el consumo estaban asegurados.
Pero la gente debía desplazare, y fue así como nos convertimos en el país con mas vehículos por persona de toda la región. Todo un orgullo frente a los otros pobres países vecinos.
Las autoridades de entonces se dieron cuenta que la población debía distraerse en los momentos que no producían, y en esto la televisión jugó un papel preponderante. Dando entretención sana, sin excesos y controlada, de aquellos que se daban maña y quisieron recordarle a la gente como poder volver a pensar.
Un día, una nube negra se formo sobre la ciudad, tan gruesa que ni la lluvia mas fuerte podía atravesarla. Se trato de destruir bombardeándola, idearon formas para debilitara y así acabar con ella, pero nada funcionó. Comenzaron a restringir el uso del automóvil, pero la gente se compraba otro.
Todo esto afecto la salud de la población. Los primeros en morir fueron los niños y ancianos, pero no importaba, a la larga eran consumidores pasivos y no aportaban mucho al crecimiento.
El alimento comenzó a escasear, no había quien trabajase en el campo, la mano de obra yacía en la cuidad, y las pocas tierras cultivables estaban sepultadas bajo el cemento de las nuevas poblaciones.
La mortandad se acrecentó en forma importante, los cementerios no dieron abasto y debieron construir nuevos. Pero claro está no cualquier cementerio, estos contaban con los más altos estándares y la tecnología de punta de esos años.
Estos mall cementerios ofrecían cerca de mil doscientas tiendas en donde elegir, siete centros de acondicionamiento físico, catorce salas de cine, veintiocho restoranes y cuatro plazas de juego en donde el entierro, de un ser querido se hacia mas agradable. Todo un orgullo frente a los otros pobres países vecinos.
Las grandes economías se fijaron en este pequeño país al fin del mundo e instalaron sus industrias. La demanda creció a niveles nunca imaginados, el nivel de cesantía era cero.
Nos llamaron el país fábrica, decían que hasta el viejo pascuero tenia franquicias en nuestro suelo, ja. Por supuesto exageraban.
Se acabó la agricultura, la pesca y la ganadería, todo se importaba, no había tiempo para pequeñeces. Imaginen que hasta en la luna se podía oír el ruido de los motores que nunca dejaban de funcionar. Todo un orgullo frente a los otros pobres países vecinos.
La contaminación ya no fue problema, con el tiempo el organismo creo anticuerpos inmunes al smog, cianuro, radiación, plomo, agentes cancerígenos etc. Y todo aquel residuo que desprendían las industrias. Claro, como el hombre es ser de costumbres, nos acostumbramos a vivir con ellos.
Pero todo esto valió la pena. Y decir con mucho orgullo que nos hemos convertidos en el primer país empresa. A ustedes les presento un nuevo Chile… un Chile S.A
Pueden respirar tranquilos, el futuro esta asegurado.
JP