Madre, hoy tu talante alegre y vivaz se ensombrece, se pliega al dolor.
Madre, hoy te quedas sin respuestas ante el odio, hoy te multiplicas en miles de blancos pañuelos para enjugar las lágrimas de los dolientes, de tus hijos, de otros hijos y de otras madres.
Madre, hoy te entiendo más que nunca, porque mi casa, que tantos hijos tuyos –mis hermanos- recibió, también está bajo el signo de la tragedia y el crespón negro en mi pecho ahora duele por mi y por ti.
Madre, solo puedo darte hoy mi corazón, para que tu con tu magia milenaria lo multipliques y repartas la poca fuerza que le queda entre tus más necesitados hijos.
Madre, que triste es haber tenido que soportar esta pena para entender porque cuando niño, se referían a ti con una frase que me parecía ajena, pero que hoy hago mía con solidaridad y orgullo. Cuenta contigo, madre, mi madre patria España. |