A los que tienen corazón llagado y sangriento,
Corazón frío y enfermo,
A los atormentados de la vida,
A los que van regando la existencia
Con el invierno de sus propios ojos.
A ellos os dedico este poema:

Esta noche no os traigo poesía.
Esta noche mi lira destemplada
Solo sabe una lúgubre saludia.
Una cantata que tiene notas de pionada enferma,
Retumbos de bombarda enronquecida
Y gemidos lejos de guitarra.

Tan tristes como el canto de la brisa,
Como el susurro de la rama seca,
Como el canto de las aves,
Como el dúo que suenan en las torres
Cuando tocan a muerto las campanas.

Todo es desolación en mi poema,
Todo es desolación tristeza y lagrimas.
Es canto que enferma, es un idilio
Que me enseñó a cantar la raza humana.
Si tienen corazón lloran conmigo.

Les voy a hablar de la herencia humana,
Les hablo del dolor y ese es mi tema.
El largo derrotum de la vida,
Que empieza al nacer, y que acaba
Cuando la muerte a la final encierra.

Sale al proscenio a sorprender el drama
Horroroso de la vida.
Esa tragedia cómica y dramática,
En donde es primera y triple la falsía,
El orgullo terror y actriz la infamia.

Desde que nace el hombre hasta que muere
No hace más que llorar con toda el alma.

Desde Adán, la humanidad turba,
Llenando la tierra con sus lágrimas,
El amor fue la luz del paraíso.
Bajo el árbol velado una mañana,
Después entre las ramas de una higuera.
Sus tiernos corazones sin mansilla,
Al beso del dolor, aleteaba el amor.

Eva y Adán amaban a Dios, y él los amaba.
Pero el pecado, cáncer maldecido,
Enfermó aquellas virginales almas,
Que haciéndolas llorar las aliviara.
Desde Adán hasta hoy, la humanidad turba
Ha regado la tierra con sus lágrimas.

Desde que nace el hombre hasta que muere
No hace más que llorar con toda el alma.

Toda lágrima se lleva de nosotros
Un pedazo de vida destrozada.
De cada dolor sale un suspiro,
Detrás de cada suspiro una esperanza,
Con la esperanza la ilusión se aleja,
Y detrás de la ilusión van trozos del alma.