Hojas
que caen
siempre en otoño
sobre un banco marrón
y gastado
donde la vejez
observa
lentamente los domingos.
Unas cuantas palomas
recogen migajas olvidadas,
mientras
miradas curiosas
las siguen con paciencia
en su danza circular
de libertades reprimidas.
Un jardín
donde el rocío
seduce flores
con un beso promiscuo
envuelto por la tarde
cuando llega
vestida de silencio.
Texto agregado el 11-03-2004, y leído por 241
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Lectores Opinan
21-07-2005
Las hojas que caen, las flores, la impaciencia, la vejez; bellos elementos literarios, que me recuerdan una labor esencial de todo poeta: la contemplación.
Estimado, eres un poeta! pubis