Realice este cuento porque querramos o no nos encontramos en inquietud constante pero nunca hay que dejar de ser un detective sin molestar en nuestra vida personal a los demas. Y es bueno que nos entiendan y que nosotros entendamos.


Después de un día agitado, entre muchos trámites donde ella gestionaba sus documentaciones para su oficina, y sacándose sus zapatos al ingresar en ese pequeño lugar, se encontraba tras una pista sumamente importante. Ella estaría pendiente de una documentación extraviada. De repente, alguien la llamó a su celular privado :) :) :) que se encontraba en el ventanal, un macetero con margaritas y que de una de ellas conversaba con sus colegas para resolver con más precisión los casos. Hanny había heredado una capacidad muy certera en los detalles de sus clientes, y eso la hacía más obsesiva porque le apasionaba los motivos de cada expediente de sus archivos. De pronto alguien irrumpió entre martillazos y ruidos molestos fuera de lugar. Fue ahi que entre sobresalto nunca se preguntó quién frecuentaba ese sitio. Y es entonces cual ella, una vez más aprendió que es bueno saber en todo momento quien habita a su alrededor, más en estos días. Y saliendo con voz decidida preguntó quien era su vecino. Otros que estaban de la misma forma notaron que esos ruidos eran porque un martillo sujetaría unos repiceros de estantes.
Hanny más tarde entró a su despacho y colocó un cartel que dice así :"NUNCA SE TERMINA DE APRENDER".
Silvia Terreza Amén