Dejar hacer,
libero la sustancia,
de aquello que en mi mente es pasajero;
de aquello que en el numen se diluye,
en ese mismo suero desovado,
del símbolo en palabra.
Es cosa de fábula imprecisa,
versión de tu sonrisa imaginaria,
si bien extraordinaria se alambica,
la memoria precisa, mi goce pasajero;
igual decir te quiero al sin sentido,
al no significado;
si no hay involucrado en la experiencia,
no hay claro en lo sincero.
Es propio de prístina inocencia,
hablar de mi presencia continuada,
el ser en devenir me hace conciencia,
que hay fuerzas del orden trascendente,
en el sagrado lar de estar incluido,
en ascendente flujo,
por lo que yo me esmero.
Cuauh
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