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Sonido de arpa en la habitación ¿qué rayos es eso? – Bastian – se escucha del otro lado de la puerta ¿era el timbre? – Bastian – se escucha otra vez el arpa, sí, es el timbre – toco el botón para abrir la puerta, es Marion – hola
– Dice con tono de chica de secundaria – ¿me acompañas? – me pongo la chamarra de cuero negro con las alas plateadas bordadas en la espalda y el planeta azul dibujado en el hombro izquierdo. La sigo por el pasillo. Se mete a la puerta de las escaleras pero no baja, subimos otro piso. Las escaleras terminaban directamente en una habitación alfombrada, una sala con cojines y sillones bajos de colores cálidos que rodeaban una mesita de café – este es nuestro lugar favorito – dijo Marion mientras cruzaba el salón hacia una mesa de controles junto a un Barra de licores en el fondo, se detuvo junto a ella y se dio la vuelta para quedar frente a mí, presionó un botón y de pronto el techo comenzó a moverse para dejar descubierto un enorme ventanal que abarcaba todo lo ancho de la habitación, miles de estrellas dejaban ver su brillo – ¿te gusta? – Preguntó aún con voz de chiquilla – es hermoso – dije yo mirando por el ventanal – cuando estás en la tierra es difícil ver realmente la cantidad ¿no? incluso si está despejado no ves ni la mitad de las que ves en el espacio… ¿ves aquella? – dijo señalando el cielo, le lance mirada de no tener idea – la mas brillante de allí – supuse una – sí, la veo – para allá vamos, se le dice El Sol de Ágata, es una estrella creciente, las estrellas crecientes irradian en azul y las que están muriendo irradian en amarillo, como nuestro Sol en la Tierra, Ágata es de las pocas estrellas nacientes conocidas con vida en sus planetas – yo cara de no entiendo – ¿y eso qué? – que vamos a Katáro, un planeta de Ágata, y por el color diferente de la luz todo es diferente, dicen que el cielo es de lila pálido de día y de un púrpura rojizo por la noche, que el agua del océano es de color turquesa intenso en las mañanas pero parece sangre al ocultarse el Sol y las plantas son azuladas y brillantes – ésta está tratando de ponerse romántica o quiere una afirmación astronómica que no puedo darle – se oye lindo – contesté mientras me sentaba en uno de los cómodos silloncitos – me miró extrañada y luego dijo - ¿qué? No te importa ¿no? ¿Por qué te gusta estar en una nave entonces? – No sé, está en la familia… - me miró con tristeza, y entendí el por qué de su mirada – yo conocí a tu papá en la guerra de Júpiter, así empecé a trabajar en el Dragonfly – “Tripulación a sala de mando” – la interrumpió la voz de Lucille en las bocinas – “Tripulación a sala de mando”.
Cuando llegamos ya todos estaban allí. Al subir, Marion tomo su lugar en una de las sillas de la derecha y comenzó a trabajar en su pantalla buscando en el radar… Marcus estaba de pié – Siéntate en la silla junto a Bruno chico, trata de aprender algo – al llegar allí Bruno me sonrió y me dio un par de concejos - ¡no lo sé! No los encuentro – escuché decir a Ángela – Rob, dime que tienes – exclamó Marcus al muchacho – no es una nave terrestre… no logro comunicarme, hay interferencia - ¿es pacífica? – Le preguntó el Capitán – no lo sé, me están negando la comunicación – dijo Rob concentrado – entonces se le toma como enemiga – continuó Marcus arrebatándole el comunicador al pobre chico – me escuchan, si no se identifican se les tomara como nave agresiva – nadie contestó - ¡Carajo!
– Dijo Marcus mientras arrojaba el comunicador de regreso a su dueño quien se puso los audífonos colgados del cuello y siguió tratando de comunicarse. Marcus se dio media vuelta hacia nosotros – cualquier nave que aparezca ¡cualquiera! Ya está advertida, ataquen a discreción – “ataquen a discreción” – le remedó Marion – se pone discreto cuando hay compañía – le contestó Bruno señalándome con la cabeza – bueno, rómpanle la madre a quien se les ponga en frente ¡les quedó claro! – Quedó claro Capitán – respondió Marion en voz baja – Marcus, veo algo en mi radar, pero no es claro, se sigue escondiendo, debe estar cerca – dijo Vincent - ¿Qué tan cerca? –Preguntó Marcus – Muy cerca, esta… a un lado de nosotros – respondió sin perder de vista el enorme mirador que se abría dejando ver la profundidad oscura del espació - ¿cómo se acercó tanto? – Murmuró el Capitán con tono preocupado – Capitán – dijo Marion – lo tengo en la mira ¿disparo? – en ese momento una nave oscura apareció en el ventanal, un matiz sangriento cubría toda la ventana – ¿Capitán? – Repitió Marion - ¡no! – Dijo Rob y una sonrisa irrumpió en su rostro – tengo una señal – jaló el cable de los audífonos y la melodía de “I´m a Woman” de Penny Lee resonó en toda la sala acompañada de una voz que cantaba a la par desafinadamente – Marcus soltó una carcajada y Bruno lo acompañó – Marion saltó de su silla y corrió hacia el pasillo – todos sonreían, incluso Vincent – Dragonfly – dijo Marcus – ¡Prepárense para ser abordados! – Todos gritaban emocionados – no te preocupes chico – me dijo Bruno al ver mi expresión mientras me daba una palmada en al hombro y se levantaba – Este es el Dragonfly comunicándose con nave amiga – decía Lucille por su comunicador – este es el Dragonfly haciendo contacto con The Scarlet Beauty, Scarlet Beauty pueden abordar por la compuerta d-6 – Afirmativo Dragonfly – contestaba una voz alegre del otro lado del intercomunicador – somos La Belleza Escarlata listos para desembarcar.
Seguí a Bruno por las escaleras hacia el comedor de allí tomaron una puerta desconocida que nos llevó a otras escaleras más amplias, al bajarlas se abría un espacio que finalizaba en la puerta del puente entre las dos naves. La puerta se abrió con sonido succionador y de las sombras salió el Capitán de la Belleza Escarlata, lo supe por que Marcus adoptó la pose de saludo de un capitán a otro, manos en la espalda, pies juntos, con la misma que me había recibido a mi, adopté la misma posición aunque dudé en hacerlo… ya no tenía nave de la cuál ser capitán.
Ajustados pantalones de mezclilla, ligera camiseta blanca sin mangas y una chamarra de cuero rojo quemado. La mujer se acercó alegremente y cuando llegó a Marcus le dio el saludo de manera seria, éste soltó una sonrisa y abrazó a la chica, al separarse, Marion corrió hacia la mujer y la saludó entusiasmada, Bruno la tomo en brazos y la levantó, y así, saludó a todos los miembros de la tripulación mientras yo desistía poco a poco la pose de saludo, al llegar a Vincent la chica sólo levantó la mano – hola – dijo sin preocuparse demasiado, hablaban animadamente mientras yo me entretenía viendo como la “tripulación Escarlata” trataba en vano de hacer funcionar uno de los carritos de descarga – ¿Quién es el nuevo? – Preguntó por fin la mujer mientras me examinaba - ¿Quién? – preguntó Marcus con sincero desconcierte - ¡OH! Él es Sabastian el hijo de… - de Lukas – interrumpió ella, se acercó lentamente – Sebastián Crisom… – dijo Marcus – Ludovika Valentine – Capitán de La Belleza Escarlata
– Tienes sus ojos – dijo ella – tienes los ojos de Lukas –
- ¿tu lo conocías? – dije, ella asintió con la cabeza suavemente
- sí, nos ayudó con… algunos encargos – dijo mirando a Marcus – Ludovika – dijo Marcus sonriente – se dedica a… el tráfico de cargamento…de carácter… - ilegal – terminó ella – ¡Piratas! – Dije sorprendido – yo no usaría esa palabra – dijo ella entrecerrando los gigantescos ojos grises – somos algo así como… ladrones de alta categoría – finalizó haciendo una mueca de medía sonrisa con rojizos labios exuberantes – Retrocedí sin pensarlo, las imágenes de los últimos momentos en mi antigua nave explotaron en mi cerebro.

Sofie riendo antes de sentir el primer golpe, las compuertas de la ventana de la sala de mando abriéndose, Laura en la plataforma gritando – da la orden Bastian ¡danos la orden! – correr por el pasillo hacia las capsulas de emergencia, la ventana de la sala de mando inundada, color rojo sangre…

Piratas – dije una ves más – fueron piratas – Ludovika me miró extrañada. Marcus me alcanzó en las escaleras – ¡hey! Chico ¿que pasa? – Dijo – fueron ellos Marcus, ellos atacaron mi nave, estoy seguro – ¡oye! Nosotros no atacamos a nadie – interrumpió la capitana que nos había dado alcance, me lance sobre ella sin pensarlo pero esquivo mi golpe con un brazo y devolvió el ataque con el otro, directo al estomago, la empujé y salté los pocos escalones que había subido, le solté un derechazo en la cara que le dio de lleno, se sacudió el golpe y se puso en guardia. A pesar de los maniáticos gritos de Marcus por detener el asalto, le alcancé otra ves en el lado izquierdo de la cara pero al mismo tiempo ella me alcanzó en el derecho. Llegaron los demás pero nadie nos detuvo, sabían que hubiera sido como meter la mano a una pelea de perros… Iban a terminar con una mordida. Traté de pegarle otra ves pero se agachó y me barrió con la pierna, me levante de un salto pero ella usó mi impulso para estrellarme su puño en la barbilla... Quería levantarme pero no podía. Me había noqueado, apoye la cabeza en el piso para recobrar el equilibrio. Marcus me hizo compañía a la enfermería.
– Chico ¿cómo estás tan seguro de que fueron ellos? – Preguntó Marcus una ves Alex me hubiera examinado, todavía tenía que cocerme dos puntos en el pómulo derecho – vi la nave – dije – cuando nos atacaron, no la detectaron los radares hasta que recibimos el primer ataque y al abrir las compuertas vi la nave, ¡la vi Marcus, Fue ella!
– porque no hay, en todo el universo otra nave que pueda parecerse a “La Belleza” ¿verdad? – Irrumpió Ludovika en tono sarcástico, tocándose el labio aún sangrante por el derechazo, acababa de aparecerse por la puerta de la enfermería – capitán por favor salga de la habitación – dijo la doctora. Ludovika le dirigió una mirada despectiva recorriéndole de pies a cabeza y continuó caminando hacia mi – ¡Ludovika! – Dijo Marcus al ver que la mujer no se detenía – calma Marcus no vine a empezar otra pelea – desvió su camino hacia uno de los gabinetes de la enfermería y sacó una compresa de hielo que se puso en el labio hinchado – tienes buena derecha chico – dijo relamiéndose la sangre. Se sentó en la silla de la doctora y subió los pies a la mesa – yo no ataqué tu nave, no soy tan estupida como para atacar una nave imperial – continuó con expresión disgustada y cambió el hielo al puño derecho – somos ladrones, no vamos por ahí destruyendo naves de combate por gusto, nos buscan en trece “puntos” de la galaxia ¡por Zeus! cuando vemos una nave de la fuerza espacial generalmente salimos corriendo… somos Piratas chico, no asesinos – al decir esto se levanto y salió de la enfermería contoneando las caderas. La declaración me calmó los ánimos – Conozco a esta chica Bastian, conozco a su gente. Ellos no te atacaron – dijo Marcus – por lo menos ahora tenemos una pista, si la nave que te atacó es de la línea de “La Belleza Escarlata” tal ves podamos rastrearla – se detuvo a tomar aire - la cena es en 20 minutos, te espero en el comedor – cuando Marcus hubo desaparecido Alex se acerco con la aguja y los aditamentos de limpieza – te dieron un buen golpe – me dijo – poco más y te destruye la mandíbula – apenas y la escuchaba, la tenía tan cerca… pero esta ves no era ella quien me tenía pensativo – ¿porqué no te agrada? – le pregunté – ¿Quién? Valentine ¿por qué lo dices?
– Oh, tención palpable, la mirada asesina… - ella sonrió – todos parecen tenerle gran afecto – continué – ¿Por qué tu no? – Es una buena persona, chico – dijo – sólo que… no somos de la misma calaña, eso es todo… - terminó de suturarme y se acercó a escribir en su carpeta – voy a darte unas pastillas, para el dolor – no las necesito – contesté – si quieres soportar la simple tarea de masticar tu comida te recomiendo que las tomes, será sólo por un par de días – las tomé y salí de allí sin siquiera darle las gracias.

Texto agregado el 25-06-2007, y leído por 68 visitantes. (1 voto)


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