Esta bocanada de aire no es suficiente,
ni es siquiera cercano al génesis,
para exponer las tripas del sentimiento;
para expresar la insuficiencia de la omnipotencia,
o del amor, a veces lo olvido.

El sol se apaga al mediodía,
el cielo se parte en cientos de trozos que irán a dar al mar,
o la vida se vuelve placentera (la de alguien, por lo menos);
todo pasa, lo posible e imposible,
todo cae para luego subir.
Y mi ser,
cansado de lograr imposibles,
se entrega a la frustración, al dolor, al olvido, a la vida.

Todo porque no basta mi todo.
No basta sacar mil sentimientos envueltos en papeles grises.
Tampoco contener lágrimas patéticas en momentos oportunos.
Una vida no basta para hacerte feliz,
para que tus dolores sean menos reales que mis inútiles intenciones.
Una vida no basta…
por lo menos no la mía.