Ya no solía ser quien soy,
Cada jueves suele ser peor,
Las tazas se quiebran,
Y el café suele ser redención.
Que bella que sos en la noche,
Con ese dulce sonido de acordeón
Mágico sueño de una devoción,
A una caricia, a un amanecer,
En este hermoso lugar,
Donde Dios me vera fenecer.
Cuando tu luna se pone, Buenos Aires
Tu oscuridad es mi delirio,
El hermoso sonido de tus calles,
Y las veladas eternas en aquellos bares.
Nostalgias líricas de pasiones,
Revelan la brillante seducción del Tango.
Todos los días serian maravillosos,
Las lunas perfectas, calles repletas,
Pero aún sigo sediento,
De esa chica tan bella como su olor.
Quiero sentirte tan fría como la lluvia,
Al compás de las horas y los días,
En ritmo de esta ciudad eterna,
Tan bella como quien la vio brotar.
Tus ojos se ven bellos a la luz nocturna,
A decir tus manos tan bellas como tu canto,
Y tu oscuro cabello viaja alrededor de tus caderas,
Como el Tango me lleva hasta tu divina esencia.
Me encantaría decirte que por ti yo muero,
Y es que a decir verdad yo aquí me quedo,
Entre tus sueños y mi deseo, yo soy ajeno
A este mundo, pero Buenos Aires a ti te quiero.
No dejare más vacíos en ti.
Solo partiré lejos de aquí
Hacia la ciudad de bellas noches,
De donde alli, nacen nuestros amores.
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