Me decido por unas palabras... no más que unas pocas para describir la situación. No es que yo sea escritor y me tome un poco de tiempo para hacer estas cosas, solo que aveces la soledad me impulsa a escribir, para sentir que alguien o algo me escucha. He pasado mi vida buscando algo, algo que me iluminé, pero muchas veces pienso que ese “algo” no es más que una persona. Recuerdo innumerables veces en las que mis padres, en realidad mi madre, me decía que tratase de buscar algo que me motivase, una suerte de ideal, de meta para que así mi paso por la vida tuviese algún sentido. Tal vez no me lo dijo con estas palabras, pero seguramente estaba pensando lo mismo. Yo, que estoy aquí contemplando la inercia del papel, mientras avanzan los recuerdos, me doy cuenta que solo la vida nos puede enseñar a vivir, que todo se aprende aquí, en el presente y que el pasado no es mas que la marca que dejó nuestro paso por la tierra y por la vida de los demás, y que a veces, pese a nuestra frágil memoria, esos acontecimientos nos marcan por el resto de nuestras vidas. Nuestro subconsciente nos impulsa o nos impide hacer ciertas cosas. La verdad es que la mayoría de las veces no nos damos cuenta o creemos que esas cosas, esas represiones o impulsos, son simplemente actos espontáneos, sin embargo son más racionales de lo que creemos.
Seguramente aun no se logra apreciar el objetivo de mis palabras, sin embargo es mejor ser paciente a ser impulsivo, mas vale que las cosas pasen tarde que nunca, y esto lo digo con relación a la paciencia, ya que la vida, pese a ser corta, nos tiene algunas sorpresas y es mejor que lleguen a su tiempo a que se adelanten.




Escrito en algún minuto del año 2001