Mío
Es increíble como cuesta sacar la sangre de las manos... No importa cuanto las lave, no importa cuanto trate...
Volviste a mi vida como quien da un paseo, como si no tuvieras intención, con la mirada de apóstol y la sonrisa de burdel. Abrieron la puerta y ahí estabas tu...Por Dios, que imagen. El aire te dibujaba.
Un café, unas horas de formalidad, y el escozor bajo la mesa. Mil confesiones, adioses, saludos, reencuentros, dos lagrimas, un millón de risas. Donde estabas?
Una furiosa batalla de lenguas, un mariposeo de manos, los susurros, miles de silencios y tres o cuatro palabras. Que has hecho?
Mordiscos, rizos como medusas, ojos como serpiente, dedos de árbol, un enredo de piernas, una Shiva de destrucción con miles de brazos. Soy tuya
La luna que se deslizaba dentro del cuarto, como un tropel de abejas blancas y los segundos volaban alrededor. Ojos cerrados, manos abiertas, piel mojada, voces ahogadas. Sé mía.
Silencio, una eternidad de oro en tu mano, tus ojos, mis labios, un abrigo de carne perdida, preguntas... Lo siento.
La ira, el deseo, los años pasados, nueve rosarios colgando del techo, nueve latigazos cosquilleando tu pecho, mi odio. Te amo.
La fuerza, la pena, te estrujo, te tengo, poseo, desgarro, adoro, anhelo, ceguera. El fuego en gotitas, el aire en tu cuerpo. Soy tuyo.
El hielo, el tiempo, el miedo y estar sola, de nuevo. Eres mío.
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