"Nos reímos en primavera,
y en invierno nos queremos morir."
(Charñy García)



Todo es blanco ahora,
todo es blanco y grís.
Blanco como la nieve que cayó hoy, sí.
Grís como estas sonrisas que se me escabullen,
rostro arriba.
Pálido,
pálido y transparente como el recuerdo.
Demasiado frío, como para poderlo soportar.

Y cada invierno es igual,
sólo que un poco más frío.
Los copos no son sólo eso,
sino que se convierten, cada uno,
en un fino cuchillo de hielo,
cayendo del cielo,
recordándote cuánto ha pasado.
Nada peor que un julio crudo,
feroz,
para entender que el tiempo pasa,
que no todas las heridas sanan,
que ayer no vuelve,
que sólo queda el mañana.

El día se tiñe de grís,
¿Adónde han ido los amaneceres de oro?

Grís y blanco,
blanca mi sonrisa, porque es pura
y, también,
porque no significa nada.
Sólo una sonrisa, como un antifaz,
sin persona, sin sentido.
Grises las miradas,
que se esconden en llanto letal.
Viles lágrimas que ruedan,
y queman,
y gastan,
mejilla abajo.

Y una cuerda que balbucea ese dolor,
una melodía diciéndolo todo,
FRÍO INVIERNO,
INVIERNO GRÍS.