estoy herido. cerca de mí hay un perro con la boca abierta, respirando por sus fauces... tiene la lengua cercenada y chorros de sangre le bullían. hay dolores que hacen daño. leí en el periódico que una chica era violada por unos chicos. vi por la tv que unos policías golpeaban a los negros. perros famélicos olisqueaban un poco de carne, no importa si era de perro o humana.

dejé mis visión y entré a mi laburo. el jefe me gritó como siempre. decía que era un vagabundo. es verdad, le dije con una sonrisa. me paré y salí de aquel antro del periódico de la ciudad. busqué un bar. pedí una botella de ron. me la tome en seco. una mujer se me acercó y no dejó de revisarme mis bolsillos. ¿me invitas?, me dijo. le invité unos tragos, luego salimos e hicimos el amor en medio de la calle. unos polis nos detuvieron. nos llevaron la central. les di mis documentos y ella salió de aquel terrón de hormigas humanas. entró un muchacho con cara de ángel y ojos de demonio. se me acercó. ¿que quieres de mi?. tu tiempo, me dijo. ¿cuánto me sobra? me dije que unos días y un noche. está bien, ten mi tiempo... ¿deseas algo a cambio? le miré a esos ojos rojos y oblicuos y le dije que deseaba escribir un poema. Trato hecho, respondió, y escribí:

LA CARA REVIENTA DE FRIO
LOS GOZNES DEL ALMA SE HA OXIDADO
UN PERRO SE MEA EN LA SOMBRA DEL RESTO DE MI VIDA
TENGO AUSENCIA DE DESEOS...
HAY OCURIDAD ROJA EN MIS OJOS SIN VIDA
UN CALOR INCÓMODO ALIGERA MIS CARNES SOBRE EL CRISOL DEL TIEMPO
HE VISTO UN ANGEL DISFRAZADO DE PERRO
ME HA DICHO SU NOMNRE PERO LO HE OLVIDADO...
ME HE DESNUDADO DE TODO SOBRE EL BAUL DEL ESPACIO INTERIOR
HE DEJADO UN ALIENTO CORTO, EN EL, DICE QUE TODO ES PERFECTO
UNO EN QUE EL INFIERNO ESTÉ LLENO DE DOLOR COMESTIBLE...
HAY UN CANTO QUE SUENA COMO LAS OLAS...
ME GUTAN
ESCUCHO MEJOR
EL GRITO FINAL DE TODA LAS MUERTES...

el diablo leyó mi poema y se lo tragó. vamos me dijo. me apuré y fui tras de él. entramos a una casa, parecida a la mía. vi a mis padres y hermanos cenando. vi al demonio tirarse en medio de la cocina. me senté a cenar y escuché a mi madre: me preocupa tu salud, tienes los ojos rojos como si hubiera fuego en su centro. gracias le dije mamá. terminé mi cena y volví a mi cuarto, apagué las luces y todo se hizo rojo en mi cuarto, todo, todo, y vi un figura en forma de niño. era el demonio. ¿nos vamos? me dijo. vamos le dije. me paré y saltamos por la ventana y caímos sobre un crisol lleno de carne de cerdo... escuché voces conocidas. eran las de mi familia. y todos miraban el crisol, mientras el dolor de fugo hacia medrar eso llamado alma que alía del ese lugar así como el humo. quería irme con ellos, pero no. saqué mi cabeza y vi una cabeza de chancho... cerré los ojos y me entregué a la muerte...


san isidro, junio de 2007